Cuatro de los cinco aspirantes a la dirigencia nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), coincidieron en que la llegada de Juan Camilo Mouriño no cambiará la relación del partido con el gobierno ni resolverá la crisis política que vive el país.
Camilo Valenzuela Fierro, dijo que en el fondo de los cambios que se están dando, está la intensificación de la problemática económica, política y social. Eso está generando el desgaste del grupo gobernante, dijo.
Por otro lado, añadió, refleja que se están agudizando las controversias internas en el equipo de gobierno, marcado además por todos los compromisos que se hicieron para acceder al poder.
“Por un lado están tratando de contener a los grupos que tuvieron de aliados haciéndoles concesiones y buscando fortalecer sus posiciones y su proyección. Este cambio, es un ajuste similar al que se hizo en la dirección del PAN”.
En tanto, Alfonso Ramírez Cuellar dijo que este relevo, junto con el de Sedesol, tienen como propósito elevar a política de Estado el control de todos los programas públicos para las elecciones del 2009.
Pero revela además, dijo, que hay una crisis de gabinete. Hay una actuación incoherente, sin un plan rector, sin una estrategia que le permita al país elevar su desarrollo, de concertación.
También hace evidente el fracaso en materia de seguridad pública. Ahí lo que se está notando, dijo, es como el gobierno asume que ha fracasado, que el crimen ha copado todas las instancias y que ha rebasado al estado mexicano.
En tanto, Jesús Ortega Martínez advirtió que los cambios en el gabinete reflejan el desorden que impera en la administración de Calderón, la ausencia de rumbo y de visión estratégica para gobernar eficazmente al país.
En lugar de implementar verdaderas políticas contra la breza, Calderón sólo realiza modificaciones burocráticas que igualmente resultarán ineficaces para encontrar solución a los grandes problemas nacionales.
Alejandro Encinas por su parte señaló que el nombramiento de Juan Camilio Mouriño a la secretaría de gobernación representa graves signos de derechización, de endurecimiento en la forma de hacer política del gobierno espurio.
Los nombramientos de Ernesto Cordero Arroyo y Juan Camilo Mouriño en las Secretarías de Desarrollo Social y de Gobernación, respectivamente , se orientan al uso faccioso de los recursos y políticas públicas; así como a la aprobación de las reformas que promuevan la privatización de Petróleos Mexicanos (Pemex).