Estos 12 actores son culpables del éxito teatral. La prueba: cinco meses de taquilla agotada. (El Universal)
El público ya dictó la sentencia: estos 12 actores son culpables de éxito teatral. La prueba: cinco meses de taquilla agotada.
Al escuchar este juego de palabras, Ignacio López Tarso (con la inteligencia y mesura que lo caracteriza) reprocha: “¿Culpables? No, no somos culpables. Hay responsables: en primer lugar los productores, que reunieron a este elenco; en segundo, la obra, que es un texto excelente, y por último nosotros, los actores”.
A diferencia de él, Rodrigo Murray acepta la alegoría: “El primer culpable es el autor Reginal Rose”. Y remata con una broma: “Es una obra tan bien escrita, que ha tenido éxito incluso a pesar de nosotros”.
Escrito hace medio siglo, este texto tiene hoy mucho qué decirle a la sociedad mexicana: “¿Ustedes creen -pregunta López Tarso- que si no tuviera algo qué decirnos, la gente agotaría los boletos?”.
12 Hombres en Pugna presenta a un jurado que debe decidir si un adolescente asesinó a su padre. Todas las pruebas apuntan a que es culpable, pero el jurado número ocho presenta dudas razonables para convencer al resto de que no es culpable.
Marco Uriel señala que la obra suma la virtud de haber superado la época de crisis económica: “Cuando presentas algo de calidad, el público se interesa por verlo”.
Aarón Hernán revela una verdad al interior de este montaje, que despertó sospechas desde que se anunció que reuniría actores como Juan Ferrara, Salvador Pineda, Aarón Hernán, José Elías Moreno, Miguel Pizarro. Cada uno con su propia trayectoria, lo cual hizo suponer que no habría suficiente espacio en los camerinos del Teatro Helénico para tanto prestigio. La sospecha resultó falsa, tal y como lo explica Hernán: “En esta carrera nunca se termina de aprender y aquí he aprendido a convivir con 11 compañeros, profesionales todos ellos. Es una experiencia que nunca se había realizado en México y creo que nunca se repetirá”.
En efecto, aunque los camerinos del Helénico son pequeños y se distribuyen a través de una escalera de caracol que asciende cuatro pisos, los 12 actores conviven sin prejuicios.
Una hora antes de la función, Patricio Castillo y Miguel Rodarte salen a tomar un café en las jardineras del teatro, mientras Murray y Hernán toman el suyo en el escenario, donde discuten las motivaciones de sus personajes.
Aunque llevan 200 representaciones, los actores se apasionan con sus argumentos: “Yo creo -dice Murray- que el chico es culpable de asesinar a su padre, porque hay un periodo de tiempo en el que no sabemos a dónde fue y luego aparece con la navaja...”.
De vez en cuando soltaban alguna broma, como cuando Roberto Blandón preguntó: “¿Pues que no tienen posters?”. Pero todos subieron y bajaron de sus camerinos las veces que fueron necesarias, hasta que se reunieron los 12.
“Pongan cara de pugna”, dijo José Elías Moreno.
Y en efecto, ahí están los 12 actores en pugna listos para la fotografía del recuerdo y que reúne a tanto talento.
