Los jóvenes, hombres y mujeres por igual, son vulnerables al VIH.
Defender a la humanidad ante el VIH implica acciones sociales y de gobierno.
Ante la falta de una protección total médica para el VIH, la educación es una vacuna social para prevenir la epidemia, ya que el conocimiento promueve la vida y la ignorancia promueve la muerte.
En muchos países de América Latina, la epidemia del VIH es aún concentrada, aunque en algunos países más mujeres se están infectando.
El Caribe alcanza “la segunda tasa más alta de infecciones de VIH en el mundo, sólo superada por África Sub-Sahariana. Los jóvenes, hombres y mujeres por igual, son vulnerables.
Los ministro de Salud y Educación de América Latina y El Caribe, y representantes del sistema de Naciones Unidas lanzaron la campaña Prevenir con Educación, que demanda fortalecer estrategias de enseñanza integral en sexualidad y promoción de la salud sexual y reproductiva, que incluya la prevención del VIH y las infecciones de transmisión sexual (ITS).
Se debe fomentar una educación integral en sexualidad basada en derechos humanos, que incluya aspectos biológicos, éticos, afectivos, sociales, culturales, de género y sobre la diversidad de orientaciones sexuales.
Los expertos están de acuerdo en que es urgente que en la guerra contra el Sida se aporte una amplia participación de la comunidad, las familias, incluidos adolescentes y jóvenes, sobre todo en el desarrollo de los programas de promoción de salud.
Uno de los puntos relevantes en el plan es abrir el acceso efectivo a consejería y pruebas de detección de ITS y VIH, así como condones y educación sobre su uso correcto y consistente; orientación sobre decisiones reproductivas, incluyendo a personas con VIH, así como el tratamiento para el uso problemático de drogas y alcohol.
La educación sexual no sólo mejora la calidad de la educación sino que también promueve la igualdad de género, mejora la salud materna e infantil y la reproductiva.
