Los habitantes de los ejidos Santa Mónica y San Lorenzo, ayer trabajaron arduamente en la elaboración de sacos con arena para evitar el paso del río Nazas luego de que los bordos se reventaran el pasado sábado por la presión del caudal.
Más de un centenar de personas entre hombres y mujeres desde la noche del sábado pasado, trabajan sin descanso en el reforzamiento de bordos y elaboración de sacos de arena ante la contingencia que se presentó al romperse los bordes del río Nazas por la parte del ejido San Lorenzo que puso también en peligro de inundación a la comunidad de Santa Mónica.
El desbordamiento vino por la acumulación del agua y por eso, las autoridades se apresuraron a tumbar bordos de protección para desfogar el líquido y así evitar que inunde a otras comunidades como Santa Eulalia y El Oasis.
La gente que ahí trabajaba se quejó por la falta de apoyo del personal operativo del Gobierno del Estado, quienes “nada más vieron el peligro, se fueron con sus máquinas y ahora nada más a jugo y yogurt estamos, en ayuda a los dueños del establo Santa Mónica de conocida empresa de productos lácteos, ya que junto con nosotros, miles de cabezas de ganado vacuno están en riesgo y por eso metieron toda su maquinaria”, afirmó Benjamín Acosta del ejido Santa Mónica.
“Estamos de voluntarios ayudando a la empresa, porque al protegerse ellos, nos estamos protegiendo nosotros, dado que los del Estado se llevaron las máquinas dejándonos indefensos y si no le damos la mano a ellos, es probable que todos nos inundemos”, expuso por su parte Hilario Montoya.
A los habitantes de Santa Mónica, que es el primer ejido de San Pedro en su acceso por el lado de Guadalupe Victoria de Matamoros, Coahuila y que colinda con San Lorenzo, parece no importarles que la empresa de lácteos nada más les esté dotando de jugos y yogurt, “la verdad nos merecemos más, pero no hay de otra sí la ayuda no llega por parte de la autoridad, incluso, aquí hemos estado día y noche poniendo los últimos pesos que hay en nuestra bolsa para gasolina y así movernos en nuestros carros y poder venir hasta aquí”.
Aseguraron que en esta contingencia, más que el Gobierno, “la empresa nos ha hecho valer y aquí estamos 100 personas entre hombres y mujeres trabajando y ya incluso, hasta viniendo gente de San Lorenzo a apoyarnos”, expusieron Ruth Ortiz Montoya, Cecilia Ramírez y Carmen Reyes.
Cecilia Ramírez dijo que el ejido Santa Mónica está a un kilómetro del lugar donde se presentó la eventualidad el sábado como a las seis de la tarde y los del establo a través de sonido parlante, avisaron a los habitantes que estuvieran alerta, “y mucha gente se preparó y se fue al cerro El Paisano y otras están en unas galeras que nos prestaron hasta que todo vuelva a la calma”.
También para salvar a las vacas de una posible inundación, más de una docena de tráileres, ya se encuentran estacionados dentro del establo para en caso de que se amerite su traslado a otro lugar.
