ARDIÓ TODO. Algunas mamás llegaron asustadas al lugar a buscar a sus hijos que estudian junto a la casa.
Ayer a las 8:20 de la mañana, se registró un incendio en un centro de rehabilitación para alcohólicos y drogadictos, exclusivo para hombres. Los encargados del lugar tenían algunas horas de haber sido puestos en libertad. Habían sido acusados de privar de la libertad a varias jovencitas en un centro similar, el pasado miércoles por la mañana.
Trato de perros
“Prefiero mil veces estar aquí adentro de la cárcel que estar en ese supuesto centro de rehabilitación.
Comíamos caldo con papas y zanahorias y nos quitaban los cobertores que nos llevaban nuestros familiares”, dijo Santos Medina Chávez, de 47 años, quien se encontraba internado en la Casa de Rescate, Tierra Nueva, ubicada en la calle Urrea, esquina con la avenida Hidalgo, en el centro de Gómez. Santos fue señalado por sus compañeros, como el responsable de haber iniciado el incendio en el lugar.
Llamas por todos lados
Personal del Cuerpo de Bomberos, de Gómez, reportó que el incendio dio inicio en la parte alta de la casa marcada con el 101. Según las autoridades, alguien prendió uno de los colchones, luego el fuego se extendió por la casa. Dos camiones de Bomberos y una docena de elementos fueron los que se encargaron de acabar con el fuego que se asomaba por las ventanas. Junto a la casa, sobre la calle Urrea, el Instituto Green Hills, tuvo que evacuar a los alumnos, ya que tenían algunos minutos de iniciar clases.
Pastor y sus ayudantes salieron del botellón
El jueves por la tarde fueron puestos en libertad Antonio Gil Castillo, de 48 años, quien dijo ser el pastor de los dos centros de rehabilitación. Junto con él, obtuvieron su libertad José Miguel Saldaña, de 26 años, Carlos Eduardo Martínez, de 28, y Valeria Moreno Sánchez, de 39. Ellos pagaron una fianza para obtener su libertad. Sólo se puso una denuncia en su contra.
Motín de hambre
Según algunas de las personas que se rehabilitan en el lugar, llevaron a cabo un motín por la mala atención que les dan, pese a que sus familias aportaban una cuota de 500 pesos y una despensa de 150 pesos semanales.
Cerca del mediodía arribó al lugar la Comisión para la Regulación Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Durango, Coprised. Los dos centros de rehabilitación, el de hombres y el de mujeres, fueron clausurados por sus malas condiciones.