La Encuesta Nacional de Juventud revela que siete de cada 10 jóvenes mexicanos menores de 29 años saben usar una computadora, de eso a que la tengan en su casa hay una diferencia, pues sólo tres de cada 10 tienen ese privilegio. (Archivo)
En la actualidad, la mayoría de los mexicanos convive con dispositivos electrónicos.
Save. Send. Shuffle. Paste. Touch. Select. Start. Itunes. Blogs. Son sus palabras. Las usan todos los días, pero no las escriben ni las dicen. A la mayoría sólo les dan clic. Con ellas logran jugar con un control de videojuego en forma de guitarra, que sus iPods elijan una canción de un menú de 10 mil, comunicarse con mensajes por celular, lavar la ropa, programar el refrigerador, comprar por teléfono, escribir su diario en una red electrónica a la que cualquiera tiene acceso.
Es la sociedad tecnológica y la mayoría de los mexicanos pertenece a ella, no importa la clase, “pues todos conviven con dispositivos electrónicos, aunque los más inmiscuidos en este mundo son los menores de 40 años”, dice Luis Martínez Roiz, especialista en convergencia digital y nuevas tecnologías de la Universidad Iberoamericana.
“Desde los años 70 los mexicanos crecieron con avances tecnológicos, con consolas portátiles, les tocó el nacimiento de la PC. Es verdad que para tener acceso a la tecnología dependen de su posición económica, pues no todos tienen un GPS en el auto, ni un teléfono con Internet, pero cada vez más estos objetos están a la mano, y eso mucho se debe a la cercanía con EU”.
Japón fue la primera sociedad poscomputadora. Los japoneses han adaptado todas sus necesidades a la tecnología. No usan computadoras sino dispositivos donde se conectan a la red y al mismo tiempo hacen compras o juntas de trabajo. Programan sus refrigeradores para que les avisen qué falta, electrodomésticos que, por cierto, ya se venden en México.
Elizabeth es mexicana y joven, su vida no está muy alejada de la de los japoneses. Es de clase media y de lunes a viernes la despierta un celular con un Ringtone que copió por Bluetooth del celular de su hermanita. Saluda a su novio por mensaje. De camino a la escuela la acompaña un play list de su iPod. Por las tardes ve a sus amigos, pero por messenger o hi5. Elizabeth no ve TV, baja películas o videos de YouTube y los mete a su iPod, tampoco consume medios convencionales. El periódico sólo lo usa para educar a su perro, la radio la oye accidentalmente y la pantalla de la televisión es para videojuegos.
La sociedad tecnológica ha creado sus propios verbos: bloguear, renderear, loguear, linkear. googlear. En sus casas hay microcircuitos en muchos de los objetos que usa, aunque no sean PC o portátiles.
La Encuesta Nacional de Juventud revela que siete de cada 10 jóvenes mexicanos menores de 29 años saben usar una computadora, de eso a que la tengan en su casa hay una diferencia, pues sólo tres de cada 10 tienen ese privilegio.
Más de la mitad navega en Internet y casi 60% tiene un celular aunque 82% dice que sabe usarlo aunque no lo tenga. Así que la familiarización con la tecnología no responde a clases, por lo menos no para esta generación. Se aburren fácilmente, así que “son una generación con movilidad que tendrá en promedio 12 trabajos durante su vida”, dice José Antonio Pérez Islas, investigador de temas relacionados con jóvenes, en la UNAM. Otra de sus debilidades es falta de atención, los más jóvenes se distraen demasiado. “Han perdido la capacidad de concentrarse”, dice Luis Martínez Roiz.
En pocos años, la mayor parte de la sociedad será tecnológica. Se irán quedando los que se nieguen a involucrarse con los dispositivos digitales. Aunque no hay escapatoria, pues todos viven con por lo menos 10 chips en su propia casa.
Rescata lo que borraste
Las tarjetas de memoria son hoy nuestros compañeros inseparables de datos. En ellas colocamos fotos, videos, música y documentos. ¿Qué hacer cuando por algún error perdemos su contenido?
Ante todo conservar la calma y no escribir nada dentro de la unidad. Luego, usar alguna herramienta de recuperación de datos, que por fortuna existen en gran cantidad y pueden comprarse o bajarse gratis. Muchas de estas herramientas utilizan técnicas que indican el porcentaje de oportunidad de recuperación, así como la unidad destino en donde se colocarán los archivos a recuperar. Selecciona un directorio distinto para colocar los archivos recuperados para no sobreescribir los archivos originales.
Es común en un proceso de recuperación encontrarse diferentes versiones del mismo, debe tomarse en cuenta esto durante el proceso para no llevarse desagradables sorpresas.
Algunos programas son: Undelete Plus (http://undelete-plus.com/), recupera archivos borrados de discos duros con estructuras FAT12/16/32, NTFS y NTFS, así como discos floppy, tarjetas de memoria y PenDrives. Este programa es gratuito, siempre y cuando se utilice para fines no comerciales.
Tokiwa DataRecovery (http://tokiwa.qee.jp/EN/dr.html), programa gratuito que recupera archivos borrados y no requiere de instalación.
Active@Undelte (www.active-undelete.com), programa para la recuperación de archivos aun cuando las unidades hayan pasado por un formateo. Recover My Files (www.recovermyfiles.com), herramienta de origen australiano que recupera archivos, incluso si se ha reinstalado el sistema por encima de ellos.