Durango

“Sólo le pedí a Dios que nos protegiera”

Gracias a la participación de los Bomberos se evitó que Durango se hubiera convertido en un infierno.

Gracias a la participación de los Bomberos se evitó que Durango se hubiera convertido en un infierno.

“‘Prepárense para lo peor’, fueron las palabras que escuché del capitán y sólo pensé en que tenía que salvar vidas, pensé en mis compañeros, en mi hijo, en mi esposa que está embarazada y le pedí a Dios que me dejara volver a verlos, pues de haberse generado la explosión Durango se hubiera convertido en un infierno”, Rafael Román Rosales, miembro del Escuadrón de Bomberos, narró sus sentimientos al momento de encontrarse enfrente de 40 mil litros de gas LP que estaban a punto de estallar.

La tarde del viernes en el entronque de la autopista Durango-Gómez Palacio se volcó una pipa que transportaba 40 mil litros de gas LP y tras suscitarse una fuga en uno de los dos remolques de la unidad se incendió la cabina y el chofer pereció calcinado, mientras que se generaba el riesgo de una terrible explosión, ya que la temperatura se elevó a más de mil grados centígrados, situación que afrontaron valientemente los bomberos para evitar el estallido.

“No sabía manejar máquinas grandes de bomberos pero ante la emergencia agarré la unidad y a toda velocidad llegamos al lugar del siniestro y desde ese momento todo lo que pensaba era en enfriar el tanque, pues de lo contrario se hubiera generado una explosión en cadena de empresas gaseras y gasolineras que por lo menos hubiera llegado hasta la Central Camionera”, comentó Román Rosales.

En entrevista exclusiva con El Siglo de Durango, Rafael Román, quien tiene cuatro años perteneciendo a la Dirección Municipal de Protección Civil, comentó detalle a detalle cómo actuaron él y sus compañeros, además de elementos de otras corporaciones para evitar una catástrofe en la capital duranguense.

PENSÓ EN SU FAMILIA

“Cuando vimos la columna de humo que salía de un sector cercano a las gaseras de inmediato nos trasladamos al lugar, no esperamos la llamada de emergencia; salió en primera instancia una camioneta de ataque rápido y yo que nunca había manejado una máquina grande, por la premura del caso me subí a la unidad y a toda velocidad me dirigí al sitio del siniestro”, narró.

Continuó diciendo: “Cuando supe que había explotado el tanque de diesel que abastece a la pipa y vi el hongo de humo generado por el estallido lo primero que pensé fue en mis compañeros, pues ellos ya estaban en el lugar cuando se generó lo más fuerte, pero en eso por radio se reportaron y supe que estaban bien”.

Añadió que cuando llegó apoyó a uno de sus compañeros que estaba con una manguera apuntando al tanque siniestrado, “en ese momento pensé en mi familia, pues el capitán nos dijo que nos preparáramos para lo peor, se me vino a la mente mi hijo Érick y mi esposa Araceli, quien tiene seis meses de embarazo, sólo le pedí a Dios que me diera oportunidad de volverlos a ver”.

CALOR INFERNAL

Comentó que se concentró en la estrategia que debería utilizar para combatir el siniestro, pues en estos casos no se debe sofocar el fuego, sino enfriar el tanque hasta que se consuma el combustible.

“Era una bomba de tiempo, pues sabía que si no se lograba enfriar el tanque estallaría, y eso fue lo que me motivó, pues sabía que había mucha gente que vive cerca del lugar y que podría morir, no era tanto el miedo a sufrir ya que si se hubiera generado la explosión no hubiera sentido nada, en cuestión de segundos se hubiera acabado todo, mi miedo era que perdiera la vida más gente y que ya no volvería a ver a mi familia ni conocería a mi hijo que viene en camino”, mencionó.

Fueron 16 horas de trabajo continuo, todo empezó como a las 16:00 del viernes y terminamos a las 8:00 de la mañana del día siguiente, además de sentir el rigor del fuego, pues el equipo personal que usan puede resistir hasta 600 grados centígrados y durante el siniestro la temperatura se elevó al doble, inclusive el suelo estaba casi hirviendo, primero teníamos que echar agua al piso para poder caminar, informó Rafael Román, quien además de pertenecer al Escuadrón de Bomberos hace lo propio en el Escuadrón de Paramédicos.

SU HIJO, ORGULLOSO DE ÉL

Agregó que gracias a la experiencia y a los cursos que han tomado, así como al apoyo de agentes de otras corporaciones lograron evitar que Durango se convirtiera en una desgracia, pues asegura que se abrieron las puertas del infierno, pero ellos se encargaron de cerrarlas.

Comentó que ha recibido felicitaciones y agradecimientos por parte de sus compañeros, pues además de que le dicen que realizaron buen trabajo todos los que estuvieron ahí, salvó la vida de varios familiares de sus colegas que tienen su domicilio cerca del lugar.

Finalmente, al cuestionarlo sobre la opinión que tiene su esposa sobre su trabajo, Rafael comentó que ella sufre mucho por que no sabe qué le puede pasar a él, pero le ha dicho que se siente orgullosa de su trabajo, al igual que su hijo, quien lo admira mucho.

Ficha técnica

Una experiencia más de vida compartió un agente de Protección Civil:

Nombre: Rafael Román Rosales

Edad: 31 años

Tiempo de pertenecer a la corporación: Cuatro años

Instrucción: Bombero y paramédico

Esposa: Araceli Contreras

Hijo: Érick Rafael

FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.

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