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Su Salud Bucal / Términos en odontología

Dra. Liliana Acuña Cepeda

COLEGIO DE CIRUJANOS DENTISTAS DE LA LAGUNA A. C.

FILIAL A LA ASOCIACIÓN DENTAL MEXICANA FEDERACION

El término brotar es más adecuado que el de erupcionar para los órganos dentarios, ya que erupcionar sólo se refiere a la actividad volcánica, en cambio brotar es más adecuado porque su significado “tener principio o empezar a manifestarse alguna cosa”, ya que los dientes empiezan a manifestarse en boca, a diferentes edades.

Anteriormente decían “ el niño está molesto porque le están brotando los dientes”, quizá las personas de mayor edad eran más sabias al utilizar este término.

El término “erupcionar” en el Oxford Advanced Learner¨s Dictionary of Current English encontrando que también sólo hacen alusión a la actividad volcánica.

Posteriormente debido a una mala traducción, y ya que la sociedad hispano-hablante toma los términos anglosajones sin siquiera cuestionarlos, este término erróneo queda para la posteridad.

Los anglicismos están invadiendo nuestra sociedad no sólo en el lenguaje coloquial sino en la profesión médica.

El idioma español ha tomado siempre préstamos, esas palabras útiles que aportan otras lenguas y a veces con el significado ligeramente diferente, se incorporan al lenguaje habitual de la gente. “Prestamos” se llaman, igual que todos aquéllos que tampoco devolvemos, algo muy usual en la lingüística y en la vida general, porque ya nunca entregaremos la palabra “jardín” a los franceses.

Los anglicismos, se empezaron a considerar a mediados del siglo XX, no por el contacto popular sino mediante la letra impresa, muchos de estos palabrones se introdujeron en los textos (periódicos, tratados científicos, traducciones claudicantes...). Así pues, no pasaban por una adaptación fonética en la frontera, sino que llegaban con todas sus letras, a menudo impronunciables para un hispano-hablante monolingüe.

Así spray dejo su lugar a “pulverizador”; manager por “representante” mass media por “medios de comunicación”; show por “espectáculo” walkman o walkwoman? (equivalente a escuchar por los auriculares); “supertazon”; y la caja de leche en tetrabrik se ha convertido en un cartón de leche; disc-jockey, al que maneja la música, self-service a “autoservicio”; speaker a “portavoz”; spot a “anuncio” best-seller a “éxito”; match, por “partido”; wagosn-lit por “coches cama”; royalties por “regalías”; casette por “cinta, C.D. (ci-di) por compacto, etcétera”.

Actualmente los jóvenes es impresionante cómo para todo utilizan palabras extranjeras, o abrevian que da gusto, y lo peor de todo es que empezamos a no entendernos por qué ellos creen tener la razón, o de burlarse de nosotros porque creen que estamos pasados de moda. Algunas palabras abreviadas como Roomie en lugar de room mate, cuando debieran decir compañero de habitación, en freak, (raro), utilizan para expresar algo de miedo o raro.

También no tiene que ver con anglosajismos pero sí con la manera de modas de hablar, la gran mayoría de palabras las usan en diminutivo, me pasas las uvitas, que rica manzanita, he estado observando y creo que es más común que esto lo hagan las mujeres, no sé si por moda, o por ser diferentes a la gran mayoría, y continuo a veces todos nos encontramos haciendo lo mismo, que nice, que cool.

El punto importante es que también en medicina han ingresado muchos anglicismos. El médico que habla a la familia de un paciente con el argumento de que el enfermo necesita un “bypass” habrá hecho un flaco servicio al Seguro Social que pagan todos los ciudadanos. Porque tanto esa operación cardiovascular como la construcción de una variante de carreteras se resuelven en español con la palabra “circunvalación”, fría por técnica; o con una más caliente, por vieja: “rodeo”... que ya estaba inventada (y el médico no lo vio).

Curiosamente en ortodoncia existe una terminología llena de anglicismos, se han inventado términos como: “Bandear” en vez de colocar las bandas, “brackear” o “bracketerar” en vez de adherir los brackets; “bondear” quizá de la palabra inglesa “bonding”; “ponerle” un “headgear” en vez de colocarle un arco facial al paciente; hacerle al alambre un “offset” en vez de un doblez hacia fuera, un “toe-in” en vez de un doblez hacia bucal o lingual; medir el “overjet” y “overbite” en vez de medir la sobre- mordida horizontal y vertical del paciente, utilizamos la técnica de “edgewise”, “straight wire” en vez de utilizar las técnicas de arco de canto y arco recto, etcétera.

Por cierto la palabra “bracket” aun no ha sido aceptada en el diccionario del idioma español. En el diccionario del idioma inglés, se refiere a un soporte de metal o madera, o aun paréntesis. Esta palabra se ha convertido en la palabra más conocida de la especialidad de ortodoncia.

La palabra adecuada en el diccionario del idioma inglés es “brace(s)”, la cual en su quinto significado hace referencia como un aditamento sobre los dientes para su corrección de alineamiento.

De la fuente en donde me baso las razones que da el autor para el uso de estos anglicismos son:

Comodidad, tal vez porque algunas palabras pueden ser más cortas que en español, ejemplo “bypass”, en vez de circunvalación.

Como una muestra de esnobismo con intención de impresionar a las personas que nos escuchan y un sentimiento de inferioridad hacia el idioma inglés, estos complejos se producen principalmente entre las capas cultas de la sociedad; no en los pueblos y aldeas. Allí no tiene caso hablar como extranjero. No podemos tratar tampoco a la lengua inglesa como invasora, porque este efecto se produce sin un esfuerzo especial por su parte. Se trata de algo mucho más patético: determinados hablantes del español sean ser invadidos porque anida en ellos el desprecio inconsciente hacia su propia cultura, no sólo la de su país sino toda la cultura hispana, a la que consideran inferior y, por tanto, con la obligación de rendirse ante el resto del mundo. Y el resto del mundo es para ellos Norteamérica.

Negligencia, una falta total de respeto hacia nuestro idioma. Los que adoptan un neologismo lo hacen generalmente sin serlo; otro por ignorancia o incapacidad de dar con la palabra adecuada del español (así el que pide un cutre sin saber lo que es un estilete; o el que usa un tecnicismo sin plantearse una voz alternativa); o en tercer lugar, porque con él se llena un vacío o se gana en expresividad (como la palabra whisky o striptease).

Desconocimiento total de la palabra en español por falta de cultura. “Es triste reconocerlo, pero es así hay compañeros que nunca han leído un libro no médico y ni siquiera leen un periódico habitualmente”: se queja Ordóñez. Y eso se refleja “en el desprecio que tiene hoy día en la mayoría de los médicos por el buen uso del idioma”.

La riqueza del español por lo general no necesita de extranjerismos, casi siempre existen palabras simulares, o aun apropiadas.

Sugerencias: Utilizar términos en español para no seguir añadiendo anglicismos a nuestro idioma; no inventar términos que ni siquiera existen en el idioma inglés los cuales deterioran nuestro idioma; ni aceptar palabras sin cuestionarlas de su real significado.

Los anglicismos sólo deben de utilizarse cuando no existe ni es posible formar un término equivalente en la lengua a la que se traduce.

Como ha proclamado el lingüista mexicano Luis Fernando Lara, una cosa es reconocer la preeminencia del inglés en el campo de la investigación y la técnica y otra muy distinta convertirlo “en lengua única de la civilización contemporánea”.

Con todos los idiomas se puede crear arte. Todas las lenguas son capaces de enredarse en nuestros sentidos y mostrarnos los sentimientos desnudos, los paisajes luminosos. No hay una lengua por encima de otra. Ningún pueblo, ningún ser humano, puede considerarse superior a otro por haber heredado un acento, unas palabras, la riqueza de una historia literaria. Nadie ha de sentirse acomplejado ante una cultura ajena, ni caer por ello en el error de imitarla, porque ninguna a como la suya propia le servirá para expresarse. En odontología además tenemos términos médicos que requerimos explicarlos ampliamente a los pacientes y que será objeto de otro articulo.

Fuente de apoyo revista ADM.

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