El senador por Illinois y candidato presidencial demócrata, Barack Obama, realizó ayer un acto electoral en Milwaukee, EU. (EFE)
Barack Obama y su “Sí Podemos” han generado un extraordinario entusiasmo en EU que empieza a calar ya entre el crucial grupo de los “superdelegados”, que podrían tener la última palabra en la reñida lucha por la candidatura demócrata.
Entre los alrededor de 800 “superdelegados” que acudirán a la convención del Partido Demócrata en Denver (Colorado) en agosto figuran, entre otros, todos los legisladores demócratas en el Congreso, así como miembros del aparato del partido.
Esos “superdelegados” no tienen el voto comprometido, lo que les otorga el poder de cambiar de opinión en el último minuto.
Su papel podría ser histórico este año si, como muchos vaticinan, Obama y su rival, la senadora por Nueva York Hillary Clinton, llegan a la convención sin los 2,025 delegados necesarios para conseguir la candidatura presidencial.
De ser así, los “superdelegados” elegirían al vencedor.
De momento, Hillary aparece a la cabeza en número de superdelegados en los recuentos realizados por distintos medios estadounidenses, pero algunos de los miembros de ese “selecto club” empiezan a cuestionarse su lealtad hacia la ex primera dama.
Entre ellos está John Lewis, un legislador afroamericano y figura emblemática de la lucha por los derechos civiles que se libró en el país a partir de la década de los sesenta.
Lewis, que en principio dio su apoyo a Hillary, ha cambiado de bando, según publicó ayer el diario The New York Times en su portada.
“Algo está ocurriendo en Estados Unidos y la gente está lista para dar un gran paso adelante”, señaló el legislador en declaraciones al “Times” .
Lewis, que tiene una gran influencia entre otros miembros del Congreso, asegura que Obama mejora día a día.
“Estoy muy impresionado con la campaña del senador Obama”, dijo Lewis, quien insistió que no puede ir en contra de la decisión de los votantes de su distrito, en donde Obama ganó por goleada.
La decisión de Lewis, que podría dar su apoyo formal a Obama durante los próximos días, refleja un sentimiento creciente entre algunos de los líderes negros del partido.
El previsible apoyo del legislador a la campaña del senador por Illinois muestra también lo hondo que ha calado su discurso idealista.
Hillary, que espera desbancar a su contrincante en las primarias de Texas y Ohio el 4 de marzo, trata ahora de minimizar el poder de la oratoria de Obama, al alertar a los votantes sobre los políticos que dan grandes discursos y hacen grandes promesas.
REALIZA HISPANO TRABAJO DE
CAMPO EN CAMPAÑA DE OBAMA
Cuauhtémoc Figueroa tiene un puesto clave y una oficina en el búnker de Barack Obama que casi nunca utiliza porque la mayor parte del tiempo está en la calle.
Figueroa ronda los 40 años, nació en Blythe, un pueblito de California de 22 mil habitantes y creció en el Condado de Riverside. Es un descendiente de mexicanos y tiene una misión poco visible, pero vital: Construir una extensa organización comunitaria que lleve al senador por Illinois a ganar la nominación demócrata y después la Presidencia de Estados Unidos. “Miles de personas se han convertido en los ojos y la voz de Obama en donde no tenemos equipo ni recursos”, dijo Figueroa en un memorandum de circulación interna.
Figueroa es el director del trabajo de campo de la campaña a nivel nacional, algo así como el Ronaldinho que hace un par de años se encargaba de repartir el juego para que el Barcelona hiciera goles. Sin el trabajo de “Temo”, como todos lo conocen en la campaña, Obama con seguridad llenaría estadios con 20 mil personas, pero tal vez no sería conocido en cientos de pueblos y ciudades de Estados Unidos que son tan pequeñas que en ellas no descienden los aviones comerciales.
Figueroa también es el principal puente entre el candidato y la comunidad latina de los Estados Unidos. “Tiene una gran preocupación por temas como la frontera con México y las relaciones entre afroamericanos e hispanos”, dijo una persona que conoce su trabajo dentro del equipo de Obama.