Los aficionados celestes se mantuvieron pendientes de la gran final, pero no pudieron dejar la sequía de más de una década sin títulos en el futbol mexicano. (Notimex)
Casi un centenar de entusiastas aficionados de Cruz Azul apoyaron a la distancia con cánticos y porras al equipo celeste para el partido de vuelta de la final del Torneo Clausura 2008 del futbol mexicano contra Santos Laguna.
El escenario eran los puestos de comida rápida que rodean a la Monumental Plaza de Toros México, vecina del Estadio Azul, recinto al que esperaban llegar triunfales para recibir a sus héroes celestes, tras la batalla en la Comarca Lagunera, en la que finalmente cayeron ante los Guerreros (2-3, global).
Pequeñas televisiones, unas colocadas en una frágil mesa y otras puestas con pantallas un poco "más modernas", atrajeron la mirada de los fieles seguidores cementeros que sufrían a la par de su conjunto que perdía por 3-2 en el global y con el cronómetro del árbitro Armando Archundia en casi 50 minutos de tiempo corrido del segundo tiempo.
A un lado de este grupo de seguidores pasaban de forma inadvertida los aficionados taurinos, quienes salían de la novillada dominical y observaban sin ninguna curiosidad a los escandalosos seguidores de la Máquina.
Fue tal la gritería y los cánticos de "¡Azul, azul, azul!" que no les quedó más remedio a los aficionados taurinos que acercarse a las pantallas y observar la causa del alboroto, y tras preguntar lo que sucedía y enterarse, de forma solidaria se unieron al jolgorio para apoyarlos moralmente.
El grupo de seguidores, ya algo alegres por lo que tomaron y por ver el final cerca, comenzaron a gritar improperios y a discutir entre ellos, por lo que algunos comensales les pidieron respeto.
Ese fue el detonante para que uno de los más alborotados comenzara a insultar a las personas que se encontraban cerca, lo que casi provoca una pequeña gresca, la cual se suspendió cuando en las pantallas se escuchó el silbatazo final que decretó la derrota celeste.
Un comensal envalentonado y al ver la tristeza, y en algunos rostros el llanto de los seguidores cementeros se atrevió a gritar a todo pulmón: "¡Para que se les quite lo corriente!, ¡arriba el América!", lo que volvió a encender la mecha para comenzar primero con los insultos y después a algunos golpes que por fortuna no llegaron a mayores.
Algunos elementos de la Secretaría de Protección y Vialidad que normalmente resguardan la actividad afuera del Coso de Insurgentes se dieron cuenta del intento de trifulca y con su sola presencia calmaron los ánimos sin necesidad de intervenir.
Tras la derrota de Cruz Azul en la final del futbol mexicano, el nutrido grupo de aficionados comenzó a disolverse rápidamente y a perderse entre las calles, tras quedar suspendido su festejo en el Estadio Azul en donde soñaron sin éxito con celebrar el título, tras varios años de sequía.