Romano, el mal del América
Apenas abandonó Rubén Omar Romano la dirección técnica del equipo Águilas del América y comenzaron a ganar, en el último partido del Torneo Clausura 2008 y, lo más importante, lograron ganar en la Copa Libertadores venciendo al Flamengo, en lo que consideraron el “maracanazo” del siglo.
No cabe duda que Juan Antonio Luna llegó al Nido para dirigir al cuadro de Coapa con la pata de conejo en el bolsillo.
Su sola presencia hizo reaccionar a los jugadores, porque después de la quinta jornada, que perdieron con Monarcas 1-0, volvieron a ganar hasta la jornada 17 a los Rayados del Monterrey 1-0.
Pero aquí la culpa no la tiene el indio.
Los directivos americanistas aguantaron de más al entrenador argentino y jornada tras jornada esperaban que sucediera el milagro, el cual nunca llegó, al contrario el equipo se seguía hundiendo hasta concluir en el frío sótano del Torneo Clausura 2008 con apenas 11 puntos, merced a tres triunfos, UNAM 2-0 en la jornada tres, Tecos de la UA de G 2-1 y Monterrey 1-0, además dos empates, Puebla 0-0 y Cruz Azul 2-2.
El Clausura 2008 para las Águilas del América sin pena ni gloria, más pena que gloria.
Pero siguieron con vida en la Copa Libertadores, que para alegría de sus miles de seguidores de todo el país, la noche del miércoles el cuadro azulcrema les ofreció su mayor satisfacción, al vencer 3-0 en su propia casa, el Estadio Maracaná de Brasil, al Flamengo para dejarlo fuera de competencia.
Esta victoria vino a reanimar el alicaído entusiasmo de los seguidores americanistas. Porque después de tanto fracaso en el futbol mexicano, muchos llegaron a perder la confianza. Incluso, como la ventaja favorecía al cuadro brasileño, ya que las Águilas del América necesitaba ganar por diferencia de 3-0, algunos todavía esperaban un milagro, el cual se dio, ante el desconcierto de la afición verdeamarela.
Pero con todo y su pase a la siguiente ronda de la Libertadores, América para el Torneo Apertura 2008 sufrirá una “limpia” general. Ahora la dirección técnica del club, considerado entre los más poderosos del balompié mexicano, deberá tener mucho cuidado y poner mayor atención en la gente que contratan.
Porque los jugadores que vienen a la institución capitalina no llegan por “espejitos” ni mucho menos por tortillas duras. Entonces que los señores del pantalón largo hagan valer su capital y no se dejen engañar por “promotores” vivales, quienes son los que en realidad se llevan la mayor tajada en todas las transacciones.
Rubén Omar Romano fue sólo una experiencia, y mala por cierto, que los seguidores americanistas esperan no vuelva a repetirse.