Merecía una oreja
Algunos aficionados a la fiesta brava de la Comarca Lagunera, quienes el domingo pasado hicieron el viaje a la Capital de México para estar en el debut del novillero Aarón Hinojosa en la Monumental Plaza México, vía telefónica y correo electrónico nos comentaron que el lagunero por su actuación bien merecía que se le hubiera premiado con una oreja.
No cabe duda que las personas que ocupan el Palco de la Autoridad, no sólo del Coso de Insurgentes, sino de otras plazas de toros del país, aplican criterios muy diferentes a la hora de otorgar los apéndices.
El Juez de Plaza del domingo, en la Monumental México, en verdad que abusa de ser muy exigente. No toma en cuenta para nada los riesgos que corren los aspirantes a matadores de toros cuando se arriman a sus enemigos.
También es muy cierto que el Coso de Insurgentes, el escaparate más grande del mundo taurino, es la plaza que da y quita. Porque a quien triunfa en esa arena, sean novilleros o figuras del toreo, se le abren las puertas de muchas plazas del país.
Llegar a torear a provincia con la etiqueta de haber sido triunfadores de la Plaza México es un handicap muy favorable.
Pero para triunfar en el coso más grande del mundo, con capacidad para más de 50 mil aficionados en sus distintos tendidos, los actores tienen que poner en riesgo su propia vida. En ese sitio no se aceptan toreros mediocres. Porque quien pisa dicho coso, o se cubren de gloria o su fracaso tiene repercusiones.
Que no es el caso de Aarón Hinojosa, según los aficionados, quienes estuvieron en los tendidos de la Plaza México, ya que afirman que si hubiera fracasado rotundamente, también lo hubieran reconocido.
Por lo pronto, Aarón debe seguir toreando en donde se presenten las oportunidades, no perderle la cara al toro, porque seguro que el empresario Curro Leal lo volverá a llamar para que repita en la Plaza México antes de que concluya la Temporada Chica.
Y pasando al festival taurino de la Monumental Plaza Torreón, el cual constituyó todo un éxito artístico y económico, el “Pequeño Gigante” del toreo, Eloy Cavazos, dejó constancia una vez más, ante la afición lagunera, de su gran calidad de matador de reses bravas, llevándose los máximos trofeos del enemigo al que hizo frente.
Quien también aprovechó la oportunidad que le brindaron de alternar con una de las principales figuras del toreo en México fue el lagunero José Miguel Ibarra “Joseli”, que no se quedó atrás y cortó dos apéndices. Ojalá y este acierto lo tome en cuenta el diestro regiomontano y le ayude a continuar su carrera, porque es lo que le hace falta al novel matador de toros de la tierra, un padrino que lo apoye y permita que le abran las puertas de los cosos taurinos.
