¿Quién será mejor, el padre o el hijo?
Este sábado, en la Plaza de Toros Salvador Barrera de Ciudad Lerdo, Durango, se presentará algo insólito, al menos nunca antes visto en esta Comarca, cuando se enfrenten un disputado mano a mano torero entre padre e hijo.
Se trata del matador de toros con alternativa Luis Ricardo Medina “Pasión Gitana” y su hijo Luis de María, joven novillero de escasos 17 años de edad. Por lógica, en este duelo quien debe imponer condiciones es “Pasión Gitana”, considerando su experiencia en la tarea de matar toros bravos.
Sin embargo también debemos reconocer el ímpetu del chaval, quien viene con todo arriesgando en cada actuación, porque ya tiene contemplado el 2009 para tomar la alternativa de matador de toros. Y para llegar a esas alturas necesita demostrar valor, el cual se adquiere viéndole la cara a las reses de lidia.
A Luis Ricardo lo hemos visto torear en varias ocasiones, tanto en la Plaza de Toros Torreón como en el Coso Salvador Barrera de Ciudad Lerdo. Hicimos un balance de sus actuaciones y, siendo honestos, diremos que han sido una de cal por otra de arena.
Mientras que a Luis de María lo vimos torear en el Festival Novilleril que durante los meses de agosto y septiembre organizó con todo éxito la empresa del Coliseo Centenario, y el chaval sí es cierto que se mostró muy verde todavía. Ha toreado muchos novillos, nos comenta su representante don Alfonso Rodríguez Buendía, y viene con más experiencia, misma que ha adquirido toreando más festejos.
Lo atractivo de esa corrida de toros mixta, que por primera vez se presentará en el coso lerdense mañana sábado, 20 de diciembre, a las cuatro de la tarde, es que estarán frente a frente padre e hijo.
Se puede dar que el hijo le falte al respeto a su padre, siendo mejor en el ruedo, pero es lógico que el padre debe imponer sus condiciones de progenitor. Sólo falta que el encierro de cuatro bureles, de la prestigiada ganadería queretana de Teófilo Gómez, respondan a la hora de embestir para que los alterantes tengan tela de dónde cortar. En fin, la moneda está en el aire. Y la tarde del sábado se conocerá quién será mejor, taurinamente hablando, el padre o el hijo.
