Suicidio de menores de edad, ‘problema de salud pública’
“Lupita” y “Mague” no se conocieron. Las dos jovencitas vivían en los extremos de la ciudad, sin embargo, en menos de una semana, las dos optaron por conocer a la muerte. De 16 y 14 años respectivamente, las dos niñas se ahorcaron, en ambos casos sin motivo aparente.
“Las cifras son alarmantes desde el año pasado, este es un problema de salud pública. El gobierno Federal debe atender los casos donde no hay una figura paterna o materna sólida. Existen programas pero no se aplican como debe ser y no se evalúan en el plano real”, señala Roberto López Franco, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C).
La muerte de “Mague” impone un funesto record de seis suicidios cometidos por menores de edad en lo que va del año, según cifras de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila (PGJEC), que en 2007 registraron cuatro suicidios de menores que representaba el 12.5 por ciento de 32 casos.
Según sus amiguitas, “Mague” estaba triste porque su abuelita sufrió un accidente. La mujer adulta se cayó en su casa y fue internada en el Seguro Social. Para “Mague” su abuela era muy importante, tanto que merecía llamarla “mamá” ya que desde hace tiempo no era atendida por su madre biológica.
Su tío llegó a casa de la colonia Las Julietas, la tarde del sábado 19 de abril, él estaba al cuidado de su madre, la “má” de “Mague”, y le pidió que le hiciera de comer porque sólo se iba a dar un baño para regresar al Seguro. El tío dice que apenas regresó al hospital cuando le avisaron que la niña se había colgado con un listón y se regresó.
“Un factor principal es la dificultad económica pero también la falta de apoyo en los núcleos familiares, la desintegración, y la opción que toman los jóvenes de buscar lazos afectivos en ‘amigos’, por eso los programas deben ir a las escuelas las colonias”, comenta López Franco.
El caso de “Lupita” apenas fue informado luego de que el pasado martes 15 de abril, la jovencita usó un alambre que ató a una viga del baño y se colgó del cuello, en su casa de la colonia Benito Juárez, para después fallecer en la Cruz Roja de Torreón. Aunque el reporte oficial de la Policía Ministerial indica que la menor estaba embarazada en la agencia del Ministerio Público se dio a conocer que no había estado de gravidez, pero sí llamaron la atención una serie de tatuajes que tenía la joven en los hombros y piernas.
Con la muerte de “Mague” se elevan a seis los suicidios infantiles y juveniles en 2008, donde sobresalen los fallecimientos de menores de 13 a 18 años, que representan el 42.8 por ciento de los 14 suicidios que se han contabilizado por la PGJEC en el año.