Las autoridades aeronáuticas no descartan la hipótesis de que la estela de turbulencia que dejó el Boeing 767 que antecedía al avión en el que perdió la vida el Secretario de Gobernación pudo ser el factor que provocó su accidente, por lo que es una de las líneas de investigación.
"Cualquier hipótesis puede ser eventualmente válida y a medida que la investigación va avanzando y que se va reuniendo más evidencia se van descartando hipótesis", explicó Gilberto López Meyer, director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).
López Meyer informó en cuanto a los avances de la investigación que se le dio prioridad al rescate de las víctimas y al resguardo de la zona del accidente para que la evidencia se mantenga con la menor alteración posible.
Informó que se formaron seis equipos de trabajo que laboran con base en metodologías internacionales, que son protocolos uniformes en todo el mundo.
Los grupos están divididos en: factores humanos (análisis psicofísicos a los tripulantes, su capacitación, entrevistas a testigos, entre otros), operación (como análisis de las grabadoras, trayectoria del vuelo, manuales de operación), mantenimiento (revisión de piezas, bitácoras) y meteorología.
"Aunque en este caso el factor meteorológico de manera inmediata pareciera no ser un factor incidente en este accidente, el día en el que ocurrió el mismo era un día muy bueno en términos del clima, el protocolo de investigación obliga a revisar todos los elementos meteorológicos que pudieran estar presentes".
Los otros grupos son de medicina forense y tránsito aéreo (transcripciones entre los pilotos y los controladores de tránsito aéreo).
Las autoridades de aeronáutica civil planean llevar a cabo la reconstrucción total o parcial de la aeronave en una zona estéril, de la cual no dieron a conocer su ubicación.
