Las conversaciones de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa para enviar más monitores a Georgia han quedado congeladas por la negativa rusa a permitir que entren en Osetia del Sur.
La OSCE con sede en Viena había discutido la posibilidad de enviar 80 observadores militares a Georgia después de la guerra entre ese país y Rusia el mes pasado en torno a esa provincia separatista.
Otros veinte monitores han sido despachados a zonas cercanas a Osetia del Sur, lo que eleva el total a 28.
Pero la mayor organización para la seguridad europea dijo que las conversaciones sobre los 80 observadores adicionales quedaron congeladas debido a que no se pudo acordar un compromiso sobre la cuestión de la provincia separatista.
"Aquí en Viena, por el momento, no vemos la razón de continuar", dijo a la prensa Antti Turunen, representante de la dirección finesa de la OSCE. "No tiene sentido forzar las negociaciones".
El embajador ruso ante la organización de 56 naciones confirmó la suspensión de las conversaciones, pero dijo que Moscú estaba "dispuesto a continuar el diálogo". Dijo que el principal desacuerdo se debe a dónde se debe autorizar a estacionar los observadores.
Cuando se le pidió que aclarase la oposición de Rusia a los monitores, el enviado Anvar Azimov dijo que Osetia del Sur no amenaza a nadie y que en cambio había que observar a Georgia, a la que calificó de agresora.
Paata Gaprindashvili, representante de Georgia, también instó a que continúen las conversaciones, pero resaltó la importancia de permitir el ingreso de observadores en Osetia del Sur, donde se han producido saqueos e incendios de hogares georgianos.
