La productora Bertha Navarro recibió el Mayahuel de Plata como homenaje en la XXIII edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara. (El Universal)
La productora más destacada de nuestro país y de América Latina, Bertha Navarro, recibió un merecido homenaje a su trayectoria y su apoyo a la industria cinematográfica de México, así como a su visión lograda a través de Guillermo del Toro.
“Me siento muy querida por este reconocimiento, por que me lo dan gentes que sí saben del cine. Además de que sea en Guadalajara, en el festival que nos ha apoyado desde hace 23 años y se ha abierto a más voces, tanto las nacionales como las de América y de todo el mundo”.
Desde la mañana de ayer la productora fue a la presentación del libro Bertha Navarro Cineasta, de Ana Cruz, acto en donde se comentó que el gran aporte al cine es su trabajo de calidad pero sobre todo su desarrollo con el talento mexicano, al grado de nombrarla “tejedora de talento”.
Por la noche recibió el Mayahuel de Plata, como reconocimiento a su carrera detrás de las cámaras. Su filmografía tiene películas memorables como El Espinazo del Diablo y el Laberinto del Fauno.
Segura de sí comentó “Yo creo que no he hecho ninguna película mala. Algunas películas salen mejor que otras, tienen mucho más potencial que otras. Pero todas las películas que he hecho debían de ser contadas”.
Su experiencia la ha llevado a cuestas las responsabilidades de producciones de gran nivel. “Yo no aceptó un no por delante y creo que ninguno lo deberíamos de aceptar. Cada película es un riesgo, pero no para perder sino es un riesgo para aprender más, y sobre todo asumo las responsabilidad de hacer cine de calidad y de contar buenas historias”.
El gran paso del equipo que ha hecho con Guillermo del Toro, su hermano Guillermo Navarro, Eugenio Caballero, Martín Hernández, entre otros, se debe según la productora a que “cada uno tomó la responsabilidad de crecer cada vez más, ya que contar el Laberinto del Fauno era algo muy complejo, pero gracias a su crecimiento se pudo contar una gran película”.
Su idea de hacer cine en México es apostar por ir a lo grande, dejar lo “chiquito”. Propone que hay que crecer y no conformarse con lo menos. “He apoyado, he propiciado carreras y lo sigo haciendo. Es mi vida, me veo reflejada en el trabajo de otros. Hay que tomar los riesgos, pero yo los tomó por que soy una persona coherente, no pienso una cosa y hago otra, esto es gracias al aprendizaje del día al día, que también de los errores uno aprende”.
Bertha sabe que la comunidad del cine mexicano se debe de unir para que sea más fuerte, por lo que espera que el talento siga creciendo y apareciendo como muestra de lo que somos. “El cine de México es un derecho de todos nosotros”.
