Madrid, España.- Ningún rincón de Europa se escapa a la hecatombe financiera norteamericana.
El pánico por una recesión prolongada y difícil preocupa por igual a los españoles, franceses e ingleses, y más todavía cuando los europeos han gozado de una envidiable estabilidad financiera durante la última década.
Aquí en España no se habla de otra cosa. El Gobierno incrementó el nivel de garantía en los depósitos bancarios de 20 mil a 100 mil euros y ha inyectado al sistema financiero 50 mil millones de euros para evitar la fuga de ahorradores y la quiebra de bancos.
Según el ex presidente Felipe González no es el fin del capitalismo ni de la economía de mercado, pero sí deberá terminarse con el libertinaje legal que había convertido a las bolsas de valores en gigantescos casinos financieros.
Enrique Iglesias, quien fuera presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, afirma que esta crisis coge mejor parados a los países latinoamericanos porque hoy la deuda externa es mucho menor a las de los noventa y las reservas en dólares muy superiores.
No obstante advierte que la recesión será larga y dolorosa en América Latina porque se agudizará el desempleo y bajarán los ingresos en las clases más desprotegidas.
En plena turbulencia económica, Madrid recibe a los visitantes con los brazos abiertos, la ciudad está más bella que nunca quizá porque el invierno se atrasó y porque el sol la irradia incesantemente a lo largo del día.
La España de hoy nada tiene que ver con aquel país revuelto, rencoroso y violento de los años setenta y ochenta.
Hoy los españoles tienen miedo del retroceso económico por la crisis mundial, pero sus experiencias los han hecho fuertes y tienen confianza de que pase lo que pase el país volverá por la ruta del progreso y el cambio.
José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente que al iniciar su régimen fue tachado de mano tibia y de favorecer al terrorismo, ha logrado consolidarse como un estadista negociador y ha puesto a España en los mejores niveles económicos de Europa.
Zapatero habló ante la asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa celebrada en Madrid en donde sorprendió por el escrupuloso respeto que guarda hacia los medios de comunicación y la libertad de expresión.
No faltó quien comparara el socialismo de altura de su Gobierno con el socialismo populista que practica Hugo Chávez y Evo Morales, entre otros mandatarios.
En el marco de la SIP, el escritor peruano Mario Vargas Llosa presentó una ponencia en donde no dejó a nadie sentido con sus críticas punzantes y ásperas.
Calificó a los intelectuales de ser hoy en día superficiales, veleidosos y poco comprometidos con la realidad de nuestros países. Y terminó con una amplia reflexión sobre los medios de comunicación que –dijo— han caído en el negocio fácil del sensacionalismo y la frivolidad para dejar atrás el periodismo de profundidad y análisis que tanto hace falta a los ciudadanos.
Vargas Llosa comentó que el mayor éxito económico logrado por una publicación impresa en los últimos años no fue un periódico noticioso ni tampoco uno financiero sino la entrada de la revista española Hola al mercado inglés.
La reunión de la SIP en Madrid resultó oportuna para reflexionar sobre los problemas que aquejan a los medios de comunicación en el continente americano.
Un tema preocupante es la debacle que sufre la industria periodística norteamericana producto del avance de la Internet y de la compra de rotativos por grupos financieros que sacrifican personal y calidad periodística por la rentabilidad.
Otro tema comentado fue la situación de México y Venezuela, en donde la seguridad de los periodistas pende de un hilo así como su derecho a la libertad de informar. Hablaremos de ello en una futura ocasión.
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