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T.I.C.s. y Educación

Diálogo

Yamil Darwich

Estamos en pleno período de vacaciones estudiantiles. Algunos, en estos meses tomarán una de las decisiones más importantes de su vida: qué estudiar; le propongo que el Diálogo de esta ocasión lo dediquemos al asunto de la elección de universidad en la Comarca Lagunera.

Para estas fechas, los interesados ya han sido bombardeados con publicidad y mercadotecnia por las instituciones de la región, todas promoviendo sus fortalezas y restando importancia a sus debilidades; algunas pocas, simple y sencillamente mintiendo o intentando repetir el sistema inventado por los conquistadores: “cambiar oro –años de vida del interesado y calidad de futuro– por espejitos –promesas con ofertas alejadas de la verdad educativa–”.

Entre todo ese alud de información, es posible que un estudiante preuniversitario y sus padres o consejeros se confundan; lo invito a que revisemos algunos conceptos básicos para elegir universidad y carrera a estudiar.

Los primeros y más importantes son los referentes a la propia persona: es válido afirmar que la universidad, buena o mala, hace un buen profesionista si el alumno quiere y puede. Una excelente institución educativa, utilizará sus ventajas y preparará mejor al estudiante aplicado.

Hay otras observaciones a considerar: una buena universidad es aquélla donde el estudiante puede pagar y le ofrece el ambiente adecuado a su persona. En medicina, por ejemplo, tal vez llegue a la conclusión de que la mejor escuela está en el Distrito Federal, pero sus padres no pueden apoyarlo en cubrir colegiaturas y, en el caso de obtener una beca, carece de recursos materiales para pagar alimentación, asistencia, materiales y libros; obvio que un joven, aunque sea buen estudiante, con esas limitaciones estará orientado al fracaso.

El ambiente es importante; los hay desde los más liberales y autónomos hasta los restringidos. La persona debe valorarlos analizando reglamentos y políticas, tomando su decisión en consecuencia; por separado, habrá que descubrir si existe, o no, alguna influencia del tipo político o religioso y si está de acuerdo en ello.

La formación docente y edad de los profesores es importante; algunas universidades tienen perfectamente reglamentado quiénes son sus educadores, otras sólo llenan los requisitos mínimos para el expediente. Los muy jóvenes o aquéllos “de experiencia” que tienen como antecedente en su currículum a otras instituciones regionales de prestigio, deberían explicar el porqué del cambio de más a menos.

Las instalaciones escolares son de igual importancia: aulas adecuadas –no lujosas o adaptadas– con los recursos tecnológicos suficientes, tienen que ver con la calidad de la enseñanza.

El ofrecimiento de servicios complementarios como biblioteca, cafetería y calidad de sus productos o transporte, deben ser tomados en cuenta al momento de hacer el presupuesto final. Usted puede sorprenderse de los indirectos que con “letra chiquita” o sin advertirle pueden incrementar costos hasta sacarlo de su presupuesto original.

Si recibe beca, asegúrese de las condiciones y compromisos adquiridos.

Hoy día, la Sociedad del Conocimiento exige la formación profesional con los recursos que ofrecen las Tecnologías de Información y Comunicación (TICs). Los centros de cómputo y sus equipos no siempre representan información útil, entérese del respaldo que tienen en profesionales y servidores competentes, capaces de dar buen servicio; las redes inalámbricas son una comodidad tecnológica, pero la verdadera comunicación con el mundo académico y científico se logra por medio del Internet 2, servicio educativo que tienen sólo unas pocas instituciones de la Comarca Lagunera. Ese detalle le puede dar claras evidencias de “quién es quién en la educación”.

También revise las acreditaciones que les respaldan: la más importante es la ANUIES, Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Educación Superior; a ella sólo pertenecen las que han pasado los mínimos necesarios en cuestiones de calidad. Otra es la FIMPES, Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior, que como su nombre lo indica, federa a las universidades que han pasado su procedimiento de acreditación. Sin esos avales, usted está tomando el camino de la segunda o tercera opción en calidad.

Por último, considere el tipo de estudiantes que asisten; serán los compañeros de sus hijos e influirán en ellos, los próximos años, en su manera de pensar y las actitudes del suyo.

Le recomiendo que haga una visita a la institución educativa en que piensa inscribir; platique con los profesores –no con los promotores y vendedores, cuyo negocio es vender–, aborde a estudiantes y cuestiónelos abierta y amigablemente, beba un refresco en la cafetería, visite la librería y biblioteca, tratando de sentir el verdadero ambiente y los recursos que le rodearán en el futuro.

La actitud de las personas es importantísima.

La buena decisión da mayores porcentajes de éxito, no tome a la ligera la selección; la institución elegida dará la formación básica, será “tarjeta de presentación” para el ejercicio profesional o estudios de posgrado.

ydarwich@ual.mx

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