El próximo 20 de marzo se cumplen cinco años de la invasión a Irak, el costo de la guerra sigue siendo centro de discrepantes cálculos. (Archivo)
Las cifras oficiales sobre el costo de la guerra en Irak discrepan mucho de los cálculos
legislativos e independientes.
A cinco años de la invasión de Irak, el 20 de marzo de 2003, el costo de la guerra sigue siendo centro de discrepantes cálculos oficiales, legislativos e independientes, que van desde los 400 mil millones de dólares hasta los tres billones.
El creciente costo de la guerra es uno de los factores citados en encuestas como objeto de cuestionamientos por parte de los opositores a la continuación de la presencia militar de Estados Unidos en Irak, en especial a la luz de los problemas económicos del país.
El Pentágono sostiene en su versión oficial que la guerra ha significado una erogación de unos 406 mil millones de dólares desde 2003, más unos 120 mil millones de dólares adicionales relacionados en general con la guerra contra el terrorismo.
Pero las cifras del Pentágono no coinciden con la estimación de la Oficina Presupuestal del Congreso (CBO), el brazo de investigación económica del legislativo, la cual estimó en un reporte de agosto que el costo había sido de 604 mil millones, incluido Afganistán.
De acuerdo con CBO, alrededor de 533 mil millones de dólares del total corresponden específicamente a las operaciones militares del Pentágono en ambas guerras, lo que equivale a una erogación mensual de 11 mil millones de dólares.
Del total, unos dos mil millones de dólares han sido gastados por el Departamento de Veteranos, para atender las necesidades médicas de los soldados heridos y gastos de jubilación.
Unos 30 mil millones de dólares han sido destinados para establecer, entrenar y equipar a las Fuerzas de Seguridad en Irak y Afganistán, y otros 39 mil millones de dólares para los trabajos de reconstrucción y operaciones consulares.
El costo de las tropas adicionales enviadas desde enero del año pasado dentro del plan para enfrentar la violencia sectaria, fue estimado en 10 mil millones, 22 mil millones o 40 mil millones dependiendo de si permanecen cuatro, 12 o 24 meses respectivamente. Los cálculos de CBO no incluyen los 70 mil millones de dólares del presupuesto de emergencia para Irak y Afganistán aprobado en diciembre pasado por el Congreso.
La proyección de CBO sobre el costo de la guerra se incrementaría hasta los 2.4 billones (millones de millones) de dólares para el año 2017, en caso de mantenerse en el mismo nivel la presencia militar de Estados Unidos.
Pero aún ese cálculo se queda corto si se le compara con el cálculo del Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, quien estima que el costo real de la guerra en Irak asciende ya a tres billones (millones de millones) de dólares.
Stiglitz, en su libro ‘La Guerra de los Tres Billones de Dólares. El Verdadero Costo del Conflicto en Irak’, coescrito con Linda Bimes, sostiene que el costo equivale a alrededor de 12 mil millones de dólares mensuales, o 16 mil millones si se incluye a Afganistán.
Si se contabiliza el costo de la guerra en Afganistán, la factura total de ambas guerras subiría hasta los cuatro billones (millones de millones), de acuerdo con la estimación de Stiglitz y Bilmes. Al costo militar, Stiglitz y Bilmes añaden la factura social para Estados Unidos a raíz de la muerte de sus soldados, cada una de cuyas familias recibe una indemnización de 500 mil dólares, además de los miles de soldados que resultan incapacitados.
La proyección fue desestimada oficialmente por el Pentágono. “No soy contador. No soy economista. Y creo que esos que sí lo son han cuestionado la metodología de este análisis”, señaló el portavoz del Departamento de Defensa Geoff Morrell. Pero de ser exactas las estimaciones de Stiglitz, la guerra de Irak sería la segunda más costosa de la historia después de la Segunda Guerra Mundial.
Marcharán contra la guerra
Transcurría el quinto día de la invasión a Irak, iniciada el 20 de marzo de 2003, cuando uno de los primeros cinco soldados estadounidenses muertos resultó ser Jesús Suárez del Solar, de origen mexicano.
Fue entonces que su padre, Fernando Suárez del Solar, fundó el Proyecto Guerrero Azteca, movimiento pacifista que impulsa el fin de la guerra en Irak, mediante actividades como una marcha que realizará la próxima semana, en el quinto aniversario de esa conflagración.
Fernando Suárez anunció que en esta ocasión caminará de la fronteriza ciudad mexicana de Tijuana, a la de Escondido, California, del 22 al 27 de marzo próximos. Al frente de un grupo de simpatizantes, el activista marchará desde la alcaldía de Tijuana a la casa donde vivía su hijo en California.
Jesús Suárez del Solar practicaba futbol americano en la preparatoria de Escondido, y se despidió de sus padres, hace cinco años, con la consigna de que iba a la guerra como “un guerrero azteca” tijuanense.
A cinco días de iniciado el conflicto en Irak, el soldado pereció.
Su padre afirmó que según una versión militar, el soldado de infantería perdió la vida al pisar una mina de fabricación estadounidense, pero otra afirma que fue víctima del fuego antagonista.
Estados Unidos apoyado por Reino Unido inició la invasión a la nación asiática bajo la acusación de que poseía armas de exterminio masivo, afirmación de la que a la fecha sigue sin tener pruebas.
Egresado de la Escuela Militar Latinoamericana, Fernando Suárez fue criticado por un periódico de California, que consideró que había motivado a su hijo a ir a la guerra, señalamiento que él niega rotundamente.
En cambio para la Coalición de Intercreencias Religiosas, del condado de San Diego, el ex militar mexicano es símbolo de un movimiento pacifista, que ha ido a Irak a reunirse con padres de soldados y civiles iraquíes muertos en la guerra.
“Puede ser que la marcha y el movimiento sean simbólicos, pero es un recordatorio de los horrores de la guerra”, dijo.