Vince Young estará al frente de los Titanes de Tennessee en busca de hacer la travesura a los Cargadores de San Diego. (EFE)
Vince Young intentará bajar el "switch" de los Cargadores.
La misión luce difícil para el elusivo quarterback de Titanes de Tennessee, Vince Young, quien intentará salir hoy domingo del Qualcomm Stadium, hogar de Cargadores de San Diego, con la victoria.
Dramática e increíblemente, Titanes logró colarse a la postemporada en el último juego de la campaña, tras vencer a Potros de Indianápolis 16-10 y ganar el “privilegio” de viajar a San Diego, donde tendrá que jugar al tope para frenar al electrizante corredor líder de la NFL, LaDanian Tomlinson.
San Diego llega a la postemporada con una espina clavada después de quedar eliminado el año pasado cuando todo mundo lo daba como favorito para llegar al Super Tazón XLI, ya que después de ir arriba en el marcador ante Nueva Inglaterra fue doblegado por Patriotas en el Juego Divisional 24-21, luego de tener la mejor marca de la Conferencia Americana en 2006 con 14-2.
Es la segunda ocasión en el año que estos dos equipos se ven las caras, pues el pasado nueve de diciembre el “Alto Voltaje” electrocutó a Titanes como visitante, al ganar en tiempo extra 23-17.
Cargadores tuvo un mal arranque, pero como una vieja locomotora, cuando tomó el ritmo lució bien y cerró la campaña con seis victorias consecutivas.
A diferencia del año pasado el ataque californiano no es tan espectacular, fue la ofensiva número 20 de la liga y, a pesar del mal comienzo, Tomlinson cerró fuerte el año y llevó al juego terrestre a ser el séptimo mejor de la NFL tras conseguir mil 474 yardas.
Estos números son engañosos, pues con un Antonio Gates atrapando los envíos de Phillip Rivers, cualquier cosa puede suceder en el ataque de Cargadores.
Tennessee fue la ofensiva 21 de la liga, 27 por aire y quinta por tierra y LenDale White fue parte de ello al sumar mil 110 yardas en la campaña.
Defensivamente tambien existe mucha paridad entre un equipo y otro, Titanes fue octavo en puntos recibidos, quinto en yardas permitidas, décimo por aire y quinto defendiendo las corridas.
Por su parte, la defensiva de San Diego fue quinta en puntos, 14 en yardas, 14 por aire y 16 por tierra, algo que puede jugar en su contra al enfrentar a un mariscal de campo tan mimético como Vince Young.
En el Juego de Comodines de la Conferencia Nacional se espera un gran duelo de defensivas, cuando Bucaneros de Tampa Bay reciba en el Edward James Stadium a Gigantes de Nueva York, en un juego donde estarán frente a frente la defensa número uno contra la séptima mejor de toda la NFL.
El tiempo parece no hacer estragos en la defensiva del conjunto corsario, pues a pesar de las bajas y cambios cuenta con la segunda mejor defensa de la liga que registra aún algunos vestigios de aquella que destrozó a Raiders de Oakland en el Super Tazón XXXVII.
Derrick Brooks es el corazón de este departamento, que fue la mejor contra el pase y la decimoséptima contra la carrera, con promedio de 170.5 yardas y 107.9, respectivamente.
Del otro lado, Michael Strahan es aún el pilar en la defensiva neoyorquina, y afortunadamente apareció en su quinto año como profesional Osi Umenyiora para tomar la estafeta del gran cazador de cabezas de Gigantes.
El veterano Jeff García comanda la ofensiva del conjunto “Corsario”, mientras que Eli Manning espera demostrar que en verdad Gigantes no se equivocó al elegirlo como el quarterback del futuro en el equipo.
La experiencia de García puede ser el factor que incline la balanza en favor de Tampa Bay, pues Manning suele cometer errores costosos en juegos trascendentales, a pesar de tener hombres que pueden hacer daño en cualquier instante como Plaxico Burress, Amani Toomer y Jeremy Shockey.
El problema para el pasador de Tampa Bay es la falta de armamento para hacerle frente a una defensiva como la de Nueva York, ya que no cuenta con su corredor Carnell Williams y sus receptores no son de grueso calibre.
Jon Gruden sabe lo que es ganar en playoffs y tener el Trofeo Vince Lombardi en sus manos, lo hizo con los propios Bucaneros y desea repetirlo, mientras que el coach Tom Coughlin quiere deshacerse de la etiqueta que tiene como perdedor en postemporada.
