Desde pequeño, Pedro Fernández es persona pública; hace un balance de cómo fue cambiando su pensar. (El Universal)
Pedro Fernández hace una balance de lo que ha logrado a lo largo de su trayectoria artística
El primer amor de Pedrito Fernández no fue Lucerito, con quien tuvo un dulce romance de adolescentes. Antes que ella hubo otra mujer: una maestra de la primaria. Fue un amor puro y entregado. Pedrito estaba seguro de que había encontrado al amor de su vida. Hasta que... descubrió que ella estaba casada.
n ¿A qué sabe el amor a los 13 años?
A esa edad no lo conoces realmente. Es una fantasía platónica porque un día te enamoras de la maestra y al siguiente te desilusionas para enamorarte de una compañera. Yo tuve una maestra que era bonita, preciosa. Yo juraba que la amaba hasta que un día descubrí que era casada.
n ¿A qué sabe el amor a los 37 años?
A esa edad ya lo conoces. Es el sentimiento que mueve mi vida, más allá de la sexualidad.
n ¿A qué sabe la fama a los 13 años?
Yo no tenía suficiente conciencia para saber exactamente qué era la fama. Yo me subía al escenario al cantar y lo que más me gustaba era ver que el público coreaba y gritaba, y que cuando me bajaba todo mundo quería una foto conmigo. Ahora sé que aquello era “fama”, pero en ese tiempo no entendía la responsabilidad que implicaba.
n ¿A qué sabe la fama a los 37 años?
Es el resultado del trabajo, la lucha, la perseverancia y la constancia. También se sufre un poco porque mucha gente quiere saber con quién duermes, a dónde vas, qué te gusta, si lloras o ríes. Yo siempre digo que tengo dos familias: una que me aceptó desde los siete años cuando empecé a cantar, y otra que está conformada por mi esposa, padres y hermanos.
n ¿Cuál es más celosa?
Una sabe de la otra pero tienen sus límites. Ambas exigen más tiempo y siempre hay una batalla para darles lo justo a ambas, lo mismo en el escenario que en mi casa.
n ¿Ganaste o perdiste al dedicarte a cantar desde que tenías siete años?
Yo trabajaba regularmente los fines de semana, de modo que asistía a la escuela los lunes, martes, miércoles y, a veces, iba los jueves. Pero cuando llegaba a clases el lunes después de un concierto, yo me quedaba dormido. Pero siempre tuve el apoyo de mis maestros, me decían “te ves muy cansado, duérmete un ratito y ahorita nos ponemos al corriente”.
Y a veces pierdes el piso porque a esa edad te puedes creer la octava maravilla del mundo cuando en realidad no lo eres.
Pedro Fernández estrena este mes el disco Dime mi Amor con el que celebra 30 años de carrera. Según datos de su disquera, con sus 37 álbumes ha vendido un total de 18 millones de copias. Eso significa varios discos de oro, platino y diamante además de un Grammy. Son premios que tiene bien colgados en su casa.
