Federico Fernández apenas tiene 30 años y ya es considerado como “una de las voces más originales y rigurosas de la actual literatura fantástica”.
El escritor Federico Fernández obtiene el Premio Internacional de Literatura Fantástica y Ciencia Ficción.
Su familia escapó con él en 1981 de Uruguay para evitar la dictadura a la que su país estaba sometido por tanto tiempo. Apenas tenía tres años y aunque en aquel entonces los motivos que lo llevaron a Madrid eran meramente trágicos, 27 años después su historia dio un giro de 180 grados.
Federico Fernández apenas tiene 30 años y ya es considerado como “una de las voces más originales y rigurosas de la actual literatura fantástica”, según publica Ediciones Minotauro en el artículo que describe El Libro de Nobac, la obra que conquistó a los críticos y que se hizo merecedora del Premio Internacional de Literatura Fantástica y Ciencia Ficción en su edición 2008.
En entrevista vía telefónica desde España y con siete horas de diferencia, el joven escritor compartió algunos de sus sentimientos respecto a esta distinción, por la que cientos pelean toda su vida y que él ha conseguido a tan corta edad.
“Siempre me he sentido agradecido al reconocimiento. En esta ocasión fue por El Libro de Nobac, un texto que he escrito haciendo una mixtura amplia de estilos. Aunque no descartó entrar en otros géneros literarios que no sean la Ficción y la Fantasía, mis grandes ejemplos (Poe, Borges o Lovecraft) son los iconos de tales variedades y por ello tengo ya cierta tendencia marcada”.
-Los dos últimos años han sido algo ajetreados para ti. Aunque Minotauro te otorgó este gran premio, no hace mucho obtuviste otro muy importante...
La primera novela que publiqué fue Los Justos y fue premiada con el Primer Premio de Novela El Andén Express. Lo mejor de todo es que se hizo guión fílmico de una producción rodada íntegramente en tu país (México), dirigida por Manuel Carballo y producida por Filmax, Lemmon-Films y Ensueño Films.
-Aparentemente el talento que desarrollas proviene de un linaje histórico de artistas...
Todo esto viene desde mi abuelo, aunque pudo ser antes. Mi abuelo fue pintor como lo es mi hermano, mi padre escritor y yo mismo tengo tendencias musicales.
-Tú naciste en Uruguay, ¿cómo fue que terminaste en Barcelona?
Mi familia dejó mi país en 1981 debido a la dictadura que azotaba entonces la nación, que concluyó hasta 1985. Mi padre era abogado allá y lo dejó todo para venir a probar suerte como escritor por este lado del mundo. Por ahora no le va nada mal... de hecho ya ha editado cuatro libros.
-Además de la escritura y la música, ¿en qué más te desenvuelves profesionalmente?
Escribo algunos artículos culturales mayormente en Internet, aunque no sólo por ese medio. Estudié cine y gracias a ello pude convertir en argumento la novela Los Justos, cuyo filme, por cierto, fue llamado El Último Justo. La verdad que ando metido en muchas cosas. Por ahora he acabado otra novela y tengo dos más en proceso.
-¿Qué adelanto nos puedes dar de tu próximo libro?
Es una novela histórica... ya no tiene tanto de fantástico, pero igual y sigue por esa línea. Se ubica en 1947 durante la Independencia de la India y plantea la antigüedad del realismo... es algo completamente distinto a Los Justos y El Libro de Nobac.
-¿Este libro tiene alguna inspiración sentimental?
No precisamente (dice entre risas). Ando muy contento en una relación pasional, pero trato de mantener las cosas en su lugar. Estoy descansando y cargando pilas para el siguiente reto.
El Libro de Nobac cerca de México
Un misterioso anciano contrata los servicios de la bella periodista Lisa Lynch y de Édgar Pym, escritor de encargo cuya vida profesional y sentimental va a la deriva, para que dejen constancia de una singular historia. Obra en su poder un objeto prodigioso: Un extraño libro en el que de un modo enigmático, ajeno a todo postulado racional, se va narrando su propia vida, día tras día. Desentrañar las claves de ese libro supondrá, asimismo, seguir la pista del profesor Nobac, un excéntrico científico desaparecido años atrás en extrañas circunstancias. A ello se abocan Édgar y Lisa, sin imaginar que a partir de ahí se convertirán en actores principales de un peligroso rompecabezas, una escurridiza galería de espejos que los atrapará poco a poco hasta extraviarlos en una siniestra trama urdida en torno a ellos y en la que nada es lo que parece ser.
Valiéndose de mecanismos policiacos y digresiones temporales, El Libro de Nobac propone un misterio laberíntico donde la memoria y el tiempo recomponen la realidad y la ficción para, mediante movimientos siempre imprevisibles, diseccionar los ineluctables entresijos de la fatalidad. Narrada con notable riqueza estilística, esta novela indaga con profundidad las sutiles relaciones entre determinismo y libre albedrío, creador y creación, tiempo y espacio, a la vez que confirma a Federico Fernández Giordano como una de las voces más originales y rigurosas de la actual literatura fantástica.
