Buscan los Obama árbol de Navidad El presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama, saluda desde un establecimiento de venta de árboles navideños. Obama acudió junto a su familia para escoger el árbol de Navidad, en Chicago, Illinois. (EFE)
Cuando el presidente electo Barack Obama se tome sus descansos del ajetreo laboral en la Casa Blanca, no viajará a una vasta finca campestre ni a un complejo privado junto a una playa.
Obama se tomará sus descansos de fin de semana y vacaciones en un atestado barrio citadino, lo que creará retos nuevos de seguridad para el servicio secreto y quizá dolores de cabeza para sus vecinos.
Ninguna otra primera familia ha vivido en un barrio urbano como los Obama. La casa de 1.6 millones de dólares que él y su esposa Michelle comparten con sus dos hijas está junto a una calle transitada -un tramo que ha sido cerrado al tráfico- y sus vecinos están a unos cuantos metros de distancia.
“Mi Kennebunkport está en el South Side de Chicago”, dijo Obama en referencia a la ciudad de Kennebunkport, en la costa del estado de Maine, donde se ubica la casa de verano del presidente estadounidense George H. W. Bush, padre del presidente saliente George W. Bush.
“Nuestros amigos viven aquí. Vamos a tener que regresar tan a menudo como sea posible... al menos una vez cada seis semanas o un par de meses”, afirmó Obama en una entrevista reciente con el diario Chicago Tribune.
Su barrio en Chicago no provee el espacio privado de la finca de 640 hectáreas de George W. Bush en Crawford, Texas, ni la casa veraniega de Bush padre en Kennebunkport. La residencia de descanso del presidente Ronald Reagan en el Oeste del país era Rancho del Cielo, en las montañas de California.
COMO UN SÍMBOLO
Obama es un residente de Chicago cuya campaña estuvo basada en la noción de que él no es como los otros presidentes y vivir en un ambiente urbano cerca de la Universidad de Chicago es un símbolo de ello, dijo Paul Light, un historiador presidencial en la Universidad de Nueva York.
Obama, que solamente posee una casa, describió a su rival John McCain durante la campaña como alguien desconectado del votante promedio, cuando el republicano al parecer pudo recordar cuántas casas tenían él y su multimillonaria esposa.
Mantener fuertes lazos con Chicago es una forma en la que Obama puede seguir en contacto con la gente que le ayudó a ser elegido, dijo Light.
“Yo no pienso que el público vaya a reaccionar demasiado bien a ninguna señal de que él esté perdiendo de alguna forma contacto con el mundo exterior, que está atrapado en una isla en Washington”, dijo Light.
Al igual que otros presidentes, Obama seguramente se va a pasar parte de sus descansos en Camp David, el retiro presidencial en una remota región de Maryland, así como en Hawai, un lugar donde vacaciona frecuentemente y en el que se pasó gran parte de su infancia.
Por razones de seguridad, el oasis urbano de los Obama ya ha cambiado. Su casa de ladrillos rojos no tiene la ventaja de estar rodeada de vastas tierras, por lo que las calles cercanas parecen una zona militar con largas barreras de concreto y metal. Agentes policiales y del servicio secreto patrullan el área.
Obama visita un gimnasio cercano cada mañana y seguidamente se va a sus oficinas en el Centro de la ciudad o a una conferencia de prensa. Su caravana a veces deja a sus hijas en la escuela.
