Por diversos factores, las personas de edad avanzada pueden correr mayores riesgos de perder su dinero o propiedades a manos de familiares, amigos y extraños, incluyendo contratistas deshonestos y prestamistas. Aquí de algunos fraudes comunes y cómo evitarlos.
Fraude con telemarketing o por correo es cuando el estafador convence a una persona de comprar un producto sin valor o inexistente, donar dinero a una falsa organización o invertir en un negocio ficticio.
“¡Ha ganado un premio!”, se trata de que el estafador dice a la persona de edad que ha ganado un premio inexistente y obtiene el número de tarjeta de crédito o de cuenta de cheques de la persona para pagar los “gastos de envío y manejo” o para “verificar que usted es el verdadero ganador”. A veces pueden decirle que necesitan obtener esta información “para protegerle a usted”.
También se dan los fraudes cometidos por parientes, por ejemplo, a veces los hijos u otros parientes tratan de presionar o engañar a los mayores para que les entreguen dinero. Por ejemplo, un hijo podría decir “de todos modos me vas a dejar la casa en tu testamento. ¿Por qué no pedir un préstamo sobre el valor neto de la casa y darme el dinero…?”. Pedir dinero prestado usando su casa como garantía es un riesgo. Si no puede pagar el préstamo, podría perder la propiedad de su casa y quizá... a su hijo también.
Puede que le hagan además ofertas engañosas de préstamos, en este fraude, el prestamista describe verbalmente o por escrito las condiciones de un préstamo, pero después cambia las cifras en los documentos oficiales. Espera que usted no se dé cuenta de que la tasa de interés ha sido aumentada.
También hay estafas de “recarga”: si usted ya ha sido víctima de una estafa relacionada con inversiones, no aumente los daños dejando que los estafadores “recarguen las armas” y se queden con sus bienes por segunda vez. Los estafadores saben que usted tiene una cantidad limitada de dinero. Algunas personas de edad avanzada que han perdido dinero por haber sido estafadas, caen en una segunda trampa en la cual los estafadores les prometen reponer los fondos que habían perdido originalmente… e incluso generar nuevas ganancias más allá de las que se les habían prometido. Si bien el deseo de recuperar lo perdido es comprensible, con mucha frecuencia el resultado es que usted pierde lo que le había quedado después de la primera estafa.