EL ADIÓS DE CANANEA
Sábado de recuerdos. Cananea Reyes tuvo que dejar al “Diablo” Montoya de manager de la serie final de 1991 contra los Sultanes debido a la enfermedad de cáncer terminal que sufría el llamado Super Manager. Los dos primeros juegos se celebraron en Monterrey con el nuevo parque, inaugurado el año anterior, lleno hasta los topes. Los Sultanes estaban manejados por Aurelio Rodríguez, el gran tercera base que había jugado 19 años en las ligas mayores.
Sultanes ganó los dos primeros juegos mientras Cananea Reyes ingresaba al Hospital Ángeles para una segunda operación de cáncer en la garganta. En el último juego del play off contra Bravos de León, el séptimo y decisivo, Cananea había prácticamente igualado la estrategia de Wilfredo Calviño en el último y decisivo de la final de 1973 contra los Saraperos de Saltillo, que abrió con el relevista Aurelio López, que ganó y completó el partido.
Cananea tuvo que traer a lanzar en el mismo primer inning a su as del relevo, Salomé Barojas, después que falló totalmente su abridor para que también completara el partido con la victoria. Estaba en el vestidor del manager rojo cuando Cananea le dijo a Roberto Mansur: “Misión cumplida”.
Cananea, antes de irse al sanatorio, le indicó al alto mando del club que no deberían utilizar a Barojas en los dos primeros juegos de la final, ya que Salomé había actuado prácticamente de abridor.
Sin embargo en uno de los partidos en Monterrey los Diablos tomaron la delantera en los últimos innings y se le pidió un esfuerzo a Barojas, quien llegó con el brazo cansado, y los Sultanes ganaron, tomando ventaja de dos juegos a cero antes de viajar al Parque del Seguro Social. El usar tan pronto a Salomé fue clave en el resto de la serie.
Los Diablos reaccionaron bien y empataron la final a dos triunfos por bando, pero los Sultanes ganaron el domingo al no poder hacer un buen trabajo Barojas que indudablemente ya había trabajado demasiado. La serie regresó a Monterrey y los Diablos mandaron la final al séptimo y decisivo partido ganando el sexto juego en que Nelson Barrera conectó posiblemente el jonrón más largo en la historia del nuevo parque.
Todo quedó para el juego siete en que los Sultanes terminaron ganando por paliza para llevarse el campeonato.