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Trabajadores del INAH ‘cierran’ Teotihuacán

El Universal

Un grupo de trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH) protestó ayer martes en el acceso principal del complejo de pirámides de Teotihuacán, una de las zonas arqueológicas más importantes del país, para oponerse a la instalación de un espectáculo de luces en ese lugar.

Los inconformes, miembros del sindicato del INAH, aseguran que las obras para instalar las luces, que forman parte de un espectáculo nocturno para los visitantes de la zona, están dañando las edificaciones de la ciudad, erigida dos siglos años antes de Cristo.

El grupo de unas 20 personas realizó un “cierre simbólico” de la zona, aunque permitió el paso de los cientos de turistas que a diario visitan ese lugar, ubicado cerca de 50 kilómetros al norte de la capital mexicana.

El lunes la Comisión Permanente del Congreso mexicano aprobó un punto de acuerdo legislativo en el que exhortan al INAH a que suspenda los trabajos que se realizan sobre los basamentos piramidales de Teotihuacán para el montaje “de luz y sonido”.

Este tipo de espectáculos han sido instalados ya en otras zonas arqueológicas del país como las mayas Uxmal o Tulum, en el sureste del país.

En el texto del acuerdo se indica que, si existe algún delito contra el Patrimonio Nacional, se proceda a buscar a los responsables del mismo.

Por su parte el titular de la Coordinación Nacional de Difusión del INAH, el poeta Benito Taibo, dijo sobre la cuestión que hace unos días el Consejo de Arqueología de ese organismo realizó un recorrido por la zona de las obras y definió “ciertas modificaciones al proyecto para que no se viera comprometido en lo absoluto el patrimonio”.

Taibo explicó que las perforaciones que se han realizado en la zona se han hecho sobre las llamadas “capas de sacrificio”, las cuales fueron intervenidas en varias ocasiones durante el siglo XX y que están compuestas en la actualidad de cemento, y no por material prehispánico.

El funcionario aseguró que el espectáculo de luces no iniciará hasta que se llegue a un consenso sobre cómo se puede realizar la visita nocturna “sin que haya afectación” a las estructuras de Teotihuacán.

Sin embargo aseveró que algunos sectores han perdido de vista que las zonas arqueológicas deben servir también para la “reconstrucción del tejido social” de las personas que habitan en sus alrededores, y que este tipo de proyectos conlleva beneficios adicionales a esas poblaciones.

Teotihuacán, que quiere decir “lugar donde los hombres se convertían en dioses”, recibe cada año por alrededor de 2.7 millones de turistas, atraídos principalmente por las pirámides del Sol y de la Luna, construidas entre los siglos II y VI después de Cristo.

En su época de esplendor, entre los años 250 y 650, la ciudad abarcaba unos 20 kilómetros cuadrados, la cantidad de sus templos y habitaciones era impresionante y estaba habitada por entre 120 mil y 200 mil personas.

La civilización teotihuacana desapareció a partir del año 750 de nuestra era por causas que aún se desconocen.

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