Tras las rejas de los separos de la Policía Municipal quedó Osvaldo Flores Castañeda, quien privó de la vida a Homero Solís Gaona, al encajarle unas tijeras de podar que le atravesaron el corazón, en un pleito callejero en el Fraccionamiento Europa.
Empezó en pelea
La riña ocurrió el pasado jueves, aproximadamente a las 10:30 horas, frente al número 368 de la Calle Granada, donde se encontraban varias personas continuando el festejo navideño que terminó en tragedia.
De acuerdo con el presunto responsable, el altercado se dio cuando él acompañaba a Jesús Iván Medina Torres, quien era empleado del ahora occiso, a quien fue a pedirle que le prestara 100 pesos para continuar con la parranda, pero éste se negó a hacerlo, ya que también en el vehículo en el que habían llegado a buscarlo se encontraba “El Rul”, con el cual ya tenía viejas rencillas, y al calor de las bebidas, Homero comenzó a amenazarlo de que si se juntaba con este último menos le daría el dinero. Al sentirse ofendido Homero se metió a su casa de dónde sacó un palo con el que pensaba defenderse, en el pleito golpeó en la cabeza a Osvaldo Flores, quien no tenía nada que ver en la discusión, mismo que reaccionó a dicha acción y trató de defenderse.
Posteriormente Homero volvió a entrar a su vivienda y sacó unas tijeras de podar que eran de su padre, con las que agrediría a Osvaldo, pero en medio de los golpes se le cayeron, pero Flores Castañeda las agarró y en medio del forcejeo se las clavó imprudencialmente a Homero.
Como no se dio cuenta que lo había herido en la zona antes mencionada, Osvaldo se retiró del lugar. Sin embargo, aún herido, Homero entró nuevamente a su domicilio y salió, pero ya nada pudo hacer, ya que quedó tirado en la calle, al no soportar la lesión que había recibido.
Los demás se quedaron en el lugar y llamaron a la Cruz Roja, con el fin de salvarle la vida a Homero, no obstante éste ya había muerto cuando fue revisado por los paramédicos de dicha institución.
Detienen a homicida
Finalmente los elementos de la Policía Municipal acudieron hasta la Calle Grecia 352, en el mismo sector, lugar en el que se encontraba Osvaldo esperando fueran por él porque ya le habían avisado que Homero había muerto a manos de él y según su testimonio nunca tuvo intención de escapar de las manos de la ley.
