Tres visiones de una tragedia
Duranguenses viven momentos de tensión
Durango. “Oye hijo, no me dejan salir del súper, afuera se escucha como la guerra, ¿Qué hago?”. Ésa fue la llamada que un reportero recibió de su madre cuando se encontraba en un centro comercial ayer al mediodía en el Fraccionamiento El Edén. “Quédate ahí, no salgas, ¿qué es lo que pasó?”. La pobre mujer tratando de no demostrar miedo con el temblor de su voz, solamente pudo decirle: “Los precios están por las nubes”, luego de una risa añadió: “No te creas. La policía está allá afuera y no nos deja salir. Se me hace que hay una balacera terrible como la de hace unos meses en Jardines, ¿te acuerdas?”.
¿Quién iba a pensar que alguna vez esto le ocurriera a esta “callada y tranquila ciudad colonial”? Ella no fue la única en atestiguar el suceso. Un joven que labora en una tienda de conveniencia, platicando con los clientes, y todavía pálido por el hecho, reveló otra parte de la historia.
Él se encontraba a la misma hora en la gasolinera a las afueras del conjunto de cines ubicado por el Fraccionamiento el Mezquital. “Estaba poniéndole gas a la troca y en eso una Lobo negra y otra camioneta grandota pasaron a ma... por ahí. Ni siquiera respetaron carriles, maniobraban con tal de quitarse de encima a los ‘polis’ que ya les estaban tirando balazos de carro a carro”.
El joven se introdujo en su auto y se acostó en los asientos. “Estaba conectado a la bomba, no me podía ir así y para colmo sin pagar todavía”.
La historia más conmovedora vino de un menor de edad. Él cursa la primaria en el Colegio del Bosque. Justo entrando de receso comenzaron a escuchar balazos cerca, muy cerca de la escuela. “Los maestros nos juntaron a todos mezclados y nos metieron a los salones que pudieron. En la biblioteca había niños tirados en el piso. Yo sé que los matones traen granadas. Nomás le pedí a Diosito que no se metieran al colegio y nos aventaran una a nosotros también”.
Las tres historias vistieron la distinta perspectiva de tres generaciones en rededor del mismo suceso, sin embargo los tres emitieron las mismas preguntas ¿Es que esto no se va a acabar nunca? ¿Y si la próxima no corro con la misma suerte? Tal vez sólo las autoridades puedan responderles.