El viaducto número 50 del DVR fue totalmente derrumbado.
En el puente 50 se registró uno de los tres accidentes del Distribuidor Vial Revolución.
Desaparece totalmente el viaducto número 50 (Mieleras-Torreón). Desde anteayer la empresa Demoliciones y Voladuras, S.A. concluyó la demolición de uno de los cuatro ejes que integran el Distribuidor Vial Revolución (DVR) el cual se eliminará del escenario urbano en su totalidad en la primera semana de julio.
Parte de los más de 140 millones de pesos que costó esta obra en general quedaron en el suelo, en los restos de las aproximadamente 4 mil toneladas de escombro y 250 de varilla que se echaron abajo, en esta primera fase.
En el puente 50 se registró uno de los tres accidentes que marcaron la suerte del complejo vial, ya que la madrugada del 13 de mayo de 2004, un tráiler Keenworth de doble caja modelo 1999, cargado de marmolina, que se desplazaba de la carretera Mieleras hacia el bulevar Torreón-Matamoros, propiedad de la empresa Auto Línea Impulsa se volcó, quedando uno de los remolques prácticamente colgando en el vacío.
El tráiler color blanco, placas 617CP-9 del Servicio Público Federal era conducido por Jesús García de los Santos Alegari, de 34 años, vecino de calle Mónica No. 537 y acompañado de Luis Alberto Olivares Rodríguez, de 20 años, con casa en calle Acacias No. 56 ambos de la colonia Las Dalias.
Como en todos los percances ocurridos en esa obra en el año 2004 y de acuerdo a las versiones que dieron entonces agentes de la Policía Federal Preventiva (PFP) y se dejó asentado en los croquis, las causas fueron “exceso de velocidad y falta de precaución al conducir”.
La demolición del DVR se realiza bajo la supervisión de los especialistas en estructuras de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Esta institución fue contratada por el Gobierno del Estado a manera de supervisora externa de los trabajos que realiza la empresa Demoliciones y Voladuras, S.A. y la Subsecretaría Regional de Obras Públicas del Estado.
La demolición del viaducto 50 comenzó el sábado 17 de marzo y en esa ocasión autoridades estatales aseguraron que se llevarían un plazo de tres meses para desaparecer los cuatro ejes. Sin embargo, problemas técnicos obligaron a la empresa a reprogramar los trabajos que actualmente tienen un atraso de 18 días, de manera que terminarán hasta la primera semana de julio, según Ricardo Rodríguez representante de la constructora.
Desde hace 10 días, una de las máquinas empezó a carcomer los alerones del viaducto número 100 de trayectoria Periférico-Torreón-Matamoros y que fue donde se registraron los dos accidentes fatales. De acuerdo con la programación del derribamiento de los viaductos, sólo en el 50 y el 100 se utilizarán métodos mecánicos, en tanto, en el 80 y el 30, los más altos, se aplicarán explosivos.
El concreto de las superestructuras del DVR no irá al tiradero de escombros del Municipio sino que se reciclará en la instalación de pisos firmes y construcción de banquetas. Por lo que respecta a las toneladas de varillas, son propiedad de la empresa.
La mayor parte del escombro que se genera de la demolición se irá dejando hasta el término de los trabajos en cada viaducto, para utilizarlo a manera de amortiguamiento y en un proceso autorizado por la Secretaría de la Función Pública.
Igualmente el doctor Ricardo González Alcorta, uno de los especialistas en estructuras de la UANL, que supervisa externamente la obra, declaró que “los ajustes que se hagan al programa de demolición serán en todo momento pensados en la seguridad de los ciudadanos y de la obra en general. Ante cada variante que vamos decidiendo, previamente la proyectamos en simuladores”.