Durante más de una hora la compañía Arpegio se robo la atención de los pequeños laguneros que asistieron el pasado viernes al Teatro Nazas, a presenciar el montaje de la opera infantil Turandot. (Fotografía de Ramón Sotomayor)
Y la proclama del emperador, donde anunciaba que la princesa Turandot se casaría con aquel príncipe extranjero que pudiera descifrar tres acertijos, se escuchó en Pekín y también en el Teatro Nazas... donde cientos de niños laguneros disfrutaron de la novedosa puesta en escena de la versión infantil de la obra de Puccini, presentada la noche del pasado viernes por la compañía Arpegio Producciones, en coordinación con CONACULTA y el INBA.
Como sacado de la misma mente del compositor italiano, Tomás Castellanos, el narrador de la obra, se robó la noche ante los pequeños que en compañía de sus padres le aplaudieron fuertemente al final de la obra. Un perfecto manejo del escenario, la vos multifacética y la capacidad de mantener atentos a los niños dándole el matiz perfecto a cada capítulo que contaba, fue parte de lo que este joven integrante de la compañía hizo vibrar con sus apariciones a lo largo de la obra.
Amelia Sierra, la soprano que realizó el papel principal de la obra, la princesa Turandot, y además interpretó la vos de Liú, permaneció muy atenta a cada una de las expresiones del público en un pequeño gesto de coquetería escénica, rompiendo de vez en cuando su posición en las tablas para sentirse más cerca de las bancas, luciendo una perfecta postura propia de la cultura china, lugar donde se desarrolla la obra, y luciendo el vestuario que fue otro de los apuntes de la compañía.
Bastaron siete integrantes para que los menores laguneros divisaran el paisaje de una de la obras operísticas más conmovedoras en la historia de este género. Utilizando sencillos pero eficaces recursos escénicos, Arpegio fue capaz de acercar al público más difícil, el infantil, a una de las obras que en la historia de la ópera han representado un gran reto de interpretación.
El pianista Carlos Alberto Vásquez dio muestra del nivel al que los músicos mexicanos han llevado el manejo de la ópera, los otros dos tenores y el barítono que hacían parte de este espectáculo, también fueron presas de las ovaciones por parte de los pequeños laguneros que se portaron a la altura, ofreciendo respeto a los artistas y participando activamente a lo largo de la función que duró más de una hora.
El proyecto que en todo momento fue pensado por la compañía con el objetivo de fomentar el gusto por este género dentro de el público infantil, dio muestra en el Teatro Nazas que no sólo los niños disfrutan de una presentación de esta naturaleza, ya que los padres de los menores asistentes parecían más entretenidos que los mismos niños. Montajes como este permiten que los no conocedores de ópera se introduzcan en ella.
Cabe mencionar que la manera didáctica con la que llamaron la atención del público utilizando una pantalla que recreaba y traducía los fragmentos de la obra actuada, fue uno de los elementos que permitió que los laguneros llevaran en todo momento el hilo conductor de la historia de Puccini, sin despegarse de los movimientos de los cantantes.
