Beber té es una excelente idea, sobre todo si el elegido es el verde. Actualmente es uno de los más populares en el mundo, aun cuando su fama de benéfico para la salud viene de siglos atrás en lugares como China. En esa nación oriental se afirma —desde hace unos cuatro mil años— que es bueno para aliviar ciertos males, desde un dolor de cabeza hasta una depresión.
Sus virtudes curativas han sido descritas en algunos libros orientales como casi un milagro de la naturaleza. Esto lleva a formular una pregunta: ¿De dónde provienen todos los beneficios que aporta el té verde? Se dice que es gracias a su alto contenido de antioxidantes, elementos que se ha comprobado pueden contribuir a inhibir el crecimiento de células cancerígenas, reducir los niveles de colesterol negativo y el nivel de azúcar en la sangre.
En algunas corrientes de la medicina naturista se afirma que estos antioxidantes ayudan a prevenir la artritis reumatoide e incluso ataques cardiacos, ya que trabajan contra la formación de coágulos sanguíneos. Pero no hay que olvidar que no se trata de un medicamento y quien sufre alguna enfermedad, debe consultar a un médico.
Algunas virtudes
Una dieta sana, ejercicio regular y trabajo mental positivo son elementos que contribuyen a la buena vida, lo mismo que una taza de rico té verde bien preparado.
Especialistas en el tema dicen que “puede facilitar un cambio radical en tu salud al beberlo, y al mismo tiempo que lo haces puedes disfrutar de otras actividades como son el reunirte con tus amigos, consentirte, disfrutar de una charla amena, leer un buen libro
o simplemente disfrutar de un momento de relajación”.
Cosas que se dicen
Entre quienes el té es una costumbre de bienestar se mencionan algunos de sus beneficios:
• Es bueno para la presión arterial: tomar media taza al día disminuye hasta 50% la amenaza de padecer hipertensión. Los polifenoles trabajan de manera benéfica sobre los vasos sanguíneos.
• Memoria: los adultos que beben hasta dos tazas de té verde al día son menos propensos a desarrollar problemas cognitivos de la edad que quienes no lo hacen. Los antioxidantes son la clave, pues contribuyen a combatir los radicales libres, elementos causantes del deterioro cerebral en casos de Alzheimer y Parkinson.
• Efecto antienvejecimiento: al trabajar en las arterias, donde ayuda a reducir el riesgo de placa o coágulos; mantiene al organismo lejos de amenazas y le hace mantenerse joven por más tiempo. Al impedir el bloqueo arterial, previene también los accidentes cerebrovasculares. El secreto, otra vez, está en sus antioxidantes, que ayudan a retardar el envejecimiento celular.