Desde hace unos días cuando empezó toda la crisis diplomática, (que amenaza con convertirse en una crisis armada), en Sudamérica, muchas preguntas sobre el conflicto armado que vive mi país, me fueron formuladas por amigos, conocidos y quienes con afán de entender un poco más la situación, me realizaban cuestionamientos como: ¿Qué rayos le importa a Venezuela, el conflicto colombiano? ¿Por qué se metió Colombia en territorio ecuatoriano? y una de las que considero más sensible y sensata, ¿Qué pasará con los secuestrados ahora?
Indiscutiblemente hablar del conflicto armado en Colombia no es fácil, sobre todo para quienes hemos sido víctimas de él en algún momento, pero creo que es justo y necesario aclarar que la mayor parte de la sociedad ve una posible guerra como algo remoto, la guerra que se ve venir con mayor claridad es la mediática, en un incontrolable afán por aparecer en los medios de comunicación internacionales, Uribe Vélez presidente de Colombia y Chávez Frías de Venezuela lanzan indiscriminadamente acusaciones de lado y lado, Correa por su parte el afectado con la violación territorial por parte de las Fuerzas Armadas de Colombia solamente se limita a quejarse por el incidente.
Haciendo honor a la memoria hemos de entender que en el conflicto colombiano no son dos bandos los que se enfrentan diariamente en una guerra que tiene más de medio siglo, son tres, fuera del Estado legítimo y la guerrilla como grupo subversivo, hay que sumarles los paramilitares, grupos subversivos de extrema derecha y que nacieron con el fin de combatir a la guerrilla, los mismos que cuentan con igual número de combatientes que las FARC; un dato que hay que anotar es que cuando Álvaro Uribe, era gobernador del departamento de Antioquia, legalizó las Convivir, cooperativas armadas dedicadas a combatir guerrilla y delincuencia común, más conocidas como las Autodefensas Unidas de Colombia, situación que le ha costado al Gobierno colombiano miles de demandas de organizaciones internacionales de derechos humanos que consideran que el Gobierno actual protege a este tercer grupo armado.
Sin embargo, el hecho de que grupos insurgentes colombianos actúen desde territorio ecuatoriano, peruano o venezolano, no es nuevo, desde hace más de una década que la guerrilla se convirtió en narcoguerrilla, viene operando desde las fronteras vecinas de Colombia, como ha sido denunciado infinidad de veces por Organizaciones No Gubernamentales, el hecho que ahora en un operativo militar descontrolado se halla evidenciado, es diferente, el Gobierno de Uribe en un intento por quitarle protagonismo a Chávez que se estaba haciendo un héroe con la liberación de los secuestrados, ordenó un operativo sin tener en cuenta que esto podría terminar con las liberaciones de colombianos que tienen más de 7 y 9 años en poder de las FARC.
Ahora más que el miedo a una guerra, lo que muchos colombianos temen es que el proceso de liberación de los secuestrados se termine, el Gobierno siga destinando partidas presupuestales millonarias para las Fuerzas Armadas y los únicos que tengan que seguir pagando el costo de este conflicto, en sangre e impuestos sean los colombianos, mientras los gringos pasan y pasan facturas.
