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“Un Gobierno Federal ineficaz e impotente ante los delincuentes”

Mirando a fondo

Víctor González Avelar

AL ESTADO MEXICANO le ha sido materialmente imposible hacer frente al delito del secuestro. El Gobierno Federal, el de los estados y los municipales se toparon con un nuevo tipo de ilícito para el cual no estaban ni remotamente preparados para combatir.

LAS BANDAS DE SECUESTRADORES tienen variados y diferentes tipos de organización. Las hay elementales como son las integradas por grupos de pequeños delincuentes de barriada que se animan a secuestrar al primer ciudadano que se encuentran en el camino para pedir un rápido rescate y hasta ahí.

EXISTEN LAS organizaciones de secuestradores llamémosles nacionales que buscan dañar a miembros de familias de altos recursos económicos o de notoria presencia en los medios, más conocidas como las “gentes famosas”; también existen las bandas de secuestradores de corte internacional con contactos en varios países, con una sofisticada técnica de operación y que busca botines millonarios que van de uno a otro banco, de uno a otro país hasta que el rescate llega a manos de los delincuentes. Por lo general este tipo de secuestradores de tipo profesional, muy raramente asesina a sus víctimas cosa que no sucede con los dos tipos de delincuentes mencionados primeramente.

POR LO QUE RESPECTA a las bandas locales, las autoridades no han podido hacer nada efectivo. Se han visto totalmente impotentes para hacerles frente, ubicarlas, infiltrarlas detenerlas y llevarlas a los tribunales. Como los lamentables casos que a últimas fechas hemos tenido a la vista de Silvia Vargas, Alejandro Martín. Hugo Alberto Wallace y de cientos más de víctimas que han sido olvidados por la sociedad y por las autoridades.

LAS COSAS LLEGARON a situaciones grotescas, por no decir tragicómicas, cuando se conoció el secuestro del señor Félix Batista especializado precisamente en los problemas del secuestro y que se encontraba en Saltillo dando cursos a un grupo de empresarios sobre los problemas de seguridad. Este asunto parece estar conectado con otro secuestro, el de José Pilar Valdés, también dedicado a la asesoría y estudios de los problemas sobre seguridad. El mensaje enviado es verdaderamente siniestro.

HACE CIEN DÍAS el Gobierno de la República se comprometió a librar una renovada batalla en contra de la delincuencia organizada y se obligó a garantizar un mínimo de seguridad para la vida y bienes de los mexicanos. Nos aseguró a todos que redoblaría sus esfuerzos para desarticular las bandas de secuestradores, y es la fecha que no ha hecho nada, por el contrario, el delito sigue creciendo.

LAS CALLES DE las ciudades de México son las más inseguras del mundo, incluyendo las de Bagdad en Irak. Nadie tiene la certeza de regresar sano y salvo a su casa por la tarde después de cumplir con sus tareas laborales. Los delincuentes se señorean amenazantes por calles y avenidas y los gobiernos no hacen otra cosa que declaraciones.

LOS MEXICANOS ESTAMOS hartos de tanta ineficacia por parte de las autoridades que elegimos y pagamos todos los días, se supone que para protegernos. También estamos aburridos de la cara de bobo que ponen los gobernantes cuando se les pregunta sobre resultados reales en contra del delito.

TENEMOS DERECHO de exigir resultados a nuestros empleados que trabajan en los gobiernos a sus tres niveles. Para eso los elegimos, para eso les pagamos altos y jugosos sueldos y deliciosos bonos de Navidad, para que resuelvan los problemas que aquejan a nuestro país en todas y cada una de las diversas actividades de la vida nacional.

A LA FECHA no han podido cumplir su palabra empeñada y México sigue inmerso en la sangre del crimen y en las cabezas decapitadas. Nos hemos convertido en el paraíso de la impunidad y la realidad a diario nos confirma que la actual problemática de México parece haber resultado más grande que la pobre capacidad de nuestros gobernantes para resolverla.

OTRO DE LOS puntos delicadísimos y preocupantes, es la movilidad de más de 20 mil miembros de las Fuerzas Armadas de México que desertan cada año del Ejército. Uno se pregunta ¿adónde se van estos mexicanos que perdieron su vocación castrense? ¿Se estarán sumando a las fuerzas del mal? Esto sí sería aterrador, pues en un corto plazo, las fuerzas de la oscuridad tendrán más elementos activos que las llamados fuerzas del bien.

COMO PODRÁN apreciar, las cosas están realmente más complicadas de lo que pensábamos; pero lo más grave de todo, es que tenemos gobiernos ineficaces, incompetentes y desgraciadamente impotentes ante una realidad que nos avasalla.

SE DIJO en aquella ocasión de la Junta de Seguridad Nacional en Palacio Nacional hace ya más de cien días: “Que, si no pueden con el paquete, renuncien”. Pero como dicen los clásicos: “Primero la muerte que renunciar a la sagrada nómina”. Entre tanto las cabezas siguen rodando y los secuestros a toda vela.

Comentarios gaasoc@hotmail.com

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