La actitud ofensiva que caracterizó a Santos Laguna la campaña anterior se iniciaba desde la zona defensiva, con la aportación de gente que también sabe ir al ataque, con el deseo de descontrolar más a los rivales en sus afanes defensivos.
Por derecha Iván Estrada, cuando el sistema lo permitía, iba por la banda buscando acercarse lo más posible para dar servicios venenosos. Luego Rafael Figueroa, apoyado por lo realizado en otras campañas, también era mandado al frente a rematar.
Y no se diga de Fernando Ortiz, que con su experiencia sacada en Estudiantes de La Plata también apoyó con un gol, entre los 40 conseguidos por el equipo en todo el certamen. Y por banda izquierda los desbordes de Édgar Castillo se extendieron hasta la liguilla.
Y el que se mantuvo a la alza en sus pretensiones goleadoras fue Daniel Ludueña, quien consiguió 13 tantos, cuatro de penal. Por cierto, en este renglón de cobrador de la pena máxima, “Hachita” insiste en ser el cobrador oficial, aunque haya fallado al final.
Y es que él mismo quiere recuperar la confianza, apoyado por esa sangre fría que lo caracteriza, especialmente cuando cobra faltas fuera del área y que le han valido valiosos e importantes goles, algunos de ellos considerados los mejores de las jornadas.
El mismo Matías Vuoso siguió a la alza, consiguiendo la temporada anterior ocho goles, uno más que Christian Benítez quien debe superar lo que ha realizado a la ofensiva, pues tiene los elementos para lograrlo, y con cinco goles se quedó “Lorito” Jiménez.