Por trabajo y dedicación no queda, ayer mismo los jugadores de Santos Laguna estaban antes del mediodía en Santa Rita analizando lo que ocurrió ante Veracruz, donde apareció el tercer empate, y se hablaba ya del encuentro contra Pachuca.
Pero las cosas no marchan tan placenteras como se esperaba. Vamos a la cuarta fecha de un torneo que se acaba en un abrir y cerrar de ojos y la primera victoria no llega. El equipo que era tan avasallador en su ofensiva, anda ahora con la mira torcida o perdida.
Y se extraña a dos elementos que fueron clave la campaña pasada, Édgar Castillo y Walter “Lorito” Jiménez, quienes siguen en rehabilitación. Además, Fernando Arce no acaba de acomodarse y Paco Torres, a pesar de su gol ante Veracruz, aún debe.
Agregue a lo anterior las molestias físicas que ha tenido Matías Vuoso y que no lo dejan estar al 100 por ciento, además la falta de apoyo a la ofensiva, anotando goles, del ecuatoriano Christian Benítez. En fin, cosillas que se acumulan y hacen daño.
Ante Pachuca habrá que decirles la vieja petición de los hombres del campo: Ahora sí, apúrense compadritos, porque esto se acaba antes de lo que se imaginan, y todavía no está resuelto del todo eso del descenso, y sumando los de abajo, cuidado.
Así que a ponerse las pilas, porque buenas razones salen sobrando cuando empiezan a faltar triunfos. Esto se define no por justificaciones muy bien elaboradas, sino por goles, que además de amores dan victorias. Lo demás, no cuenta.