Cristian Mijares, el mandón en los pesos supermosca del CMB, es un campeón a la moderna, lleno de alegría y desparpajo. Aquí anda por todas partes como si fuera candidato político, reparte saludos y abrazos con todo mundo.
Tiene una memoria privilegiada, le presentan a una persona y, como a los buenos políticos, se le queda grabado su nombre y el lugar donde lo conoció. Le gusta divertirse y es fan de primera fila del Santos Laguna, el equipo de sus amores del que porta su camiseta.
Esta noche, en Las Vegas, Nevada, defiende por enésima ocasión su cetro, y lo hará ante un rival por el que corre la sangre azteca, pues José Navarro es hijo de michoacanos avecindados desde hace años en Los Ángeles, California, donde nació él.
Será un combate duro desde el primer round, pues por lo que se ha visto en la carrera de ambos, no son muy afectos a alargar combates que pueden terminarlos antes de que el cansancio y los golpes sean sus rivales más peligrosos.
Cristian y su equipo tienen muchos planes, porque el de Gómez Palacio quiere imitar a Óscar de la Hoya, consiguiendo títulos al por mayor. Por ello se prepara para pelear en una división y ya está pensando, con mayor responsabilidad, en las que siguen.
Habrá que desvelarse pues para ver al orgullo de Gómez Palacio en la arena del MGM Hotel, ahí donde están los leones en su lujoso hábitat y donde nuestros compañeros Humberto Vázquez y Ramoncito Sotomayor están desde hace días muy cómodos. Qué envidia.
