Monterrey no fue el rival que se esperaba, sobre todo en la primera parte, cuando Santos anotó sus dos goles, por conducto de Christian Benítez y de Vicente Matías Vuoso, y además bailó varios ritmos ante los Rayados, que como embrujados todo lo veían.
Y surgieron de la tribuna los oles, para premiar a sus verdiblancos mientras que los visitantes sólo veían pasar de un lado a otro el balón, casi sin tocarlo y menos ofrecer peligros, pues el “Chupete” Suazo andaba más ocupado en hacer corajes que en jugar.
Enojado, Ricardo Antonio La Volpe miraba todo desde la orilla. Había salido tarde a la cancha y no estaba ahí cuando Daniel Guzmán, antes del partido fue a buscarlo para saludarlo. Seguramente el argentino venía de malas y debió haberse ido de peor genio.
El partido empezó trabado, con dominio alterno, pero a los 12 por fin apareció una genialidad del ecuatoriano, quién burló a Ibarra, su marcador y haciendo fintas se fue al frente para mandar un zurdazo que debe estar soñando Christian Martínez.
A los 35 Vicente Matías Vuoso también tuvo otra de sus ocurrencias y sacó al portero Martínez para con zaguán abierto anotar el segundo y definitivo. Después seguiría el baile norteño, zapateado, jarabe, cumbia y todo lo que se les ocurría a los de casa.
Terminó así la etapa de tres partidos con rivales del mismo Grupo Dos, y a todos se les venció, empezando con Atlante, siguiendo con América y culminando con Rayados. Ahora a ir por más puntos a Puebla y a continuar sin recibir goles. De eso se encarga Oswaldo.