El caso de Daniel Guzmán Castañeda, técnico de Santos Laguna es aparte. Mucho tiene que ver, no sólo en la salvación del Santos Laguna, condenado por muchas circunstancias al descenso, del que ha salido para convertirse en protagonista.
Nos llamaba siempre la atención que Daniel, a pesar de los resultados que obtenía, primero con Guadalajara, después con Veracruz, Tecos y Atlas, no continuara como timonel. A todos los dejaba de la otra orilla, sanos y salvos, pero no seguía con ellos.
A Santos llegó en medio de muchas presiones, pero aquí encontró lo que quizá le faltó en otros lados, un gran apoyo de la directiva, encabezada por Alejandro Irarragori, quien se la jugó con el “Travieso” y eso lo cantó Alejandro a los cuatro vientos.
Quizá eso le dio tranquilidad y seguridad a Guzmán. En los tiempos cruciales, Daniel soportaba de todo. Un día le preguntábamos si dormía con tanta presión, nos miró y nos dijo “Sí, porque rezo mis oraciones, me siento en paz conmigo mismo.”
En futbol nada es seguro. Los triunfos llegan y se van, pero cuando se trabaja mucho, cuando se pone alma, vida y corazón en lo que se hace, las cosas tienen que resultar mejor. Daniel Guzmán trabaja hoy con más alegría, lo mismo sus jugadores.
Y mucho tiene que ver en todo esto la actitud y el respaldo de una directiva joven que ha aprendido muchas lecciones en medio de la crisis. Por ello, un día tiene que llegar el tercer campeonato para Santos. La tercera estrella hace falta en el escudo guerrero.
