En esta fiesta, en la que está nuevamente Santos, nadie escoge a su pareja, y ayer al equipo de la Comarca le tocó bailar con una de las más feas, pues el Necaxa es un equipo canchero, “mustio”, dormilón, que le gusta hacer su juego.
Le dio problemas en el Clausura, donde, jugando en el mismo Corona, no se le pudo vencer en la fecha quince, sólo se logró el empate a un gol con tantos de Walter Jiménez y del tico Alonso Solís, quien había entrado de refresco.
Ayer, ante el Atlas, Necaxa se vio tranquilo y confiado, a pesar del acoso que tuvo desde el inicio por parte de unos Rojinegros que fallaron a placer, incluso en los últimos minutos cuando Colotto estrelló un balón en el travesaño que pudo cambiar la historia.
Santos tiene pues un rival incómodo para iniciar esta liguilla, y Daniel Guzmán sabe que los errores contarán mucho para quien los cometa. En Avándaro el técnico ha platicado bastante de la importancia que tiene cada minuto en una liguilla.
Pero ahora hay grandes esperanzas de avanzar hasta la misma final, por el equipo con el que se cuenta, donde hay gente importante en cada sección de la cancha, empezando con Oswaldo, siguiendo con Iván Estrada en la defensa y Fernando Arce en la media.
Y adelante Matías Vuoso, que está otra vez en gran forma, después de una temporada en la que fue creciendo para alcanzar esa altura que lo hizo una de las figuras importantes. Ahora hasta sus bailes son muy famosos, lo mismo en México que en el extranjero.
