Gusta la forma en que se comportan cuerpo técnico y jugadores del Santos Laguna, que no exageran en las victorias, y se muestran prudentes en relación con su próximo compromiso, más ahora que saben que el Necaxa no es de confiar y que da sorpresas.
Esa experiencia de la liguilla anterior, cuando se visitó CU y se perdió, ha dejado un mensaje inolvidable. Ahora hay que ir paso a paso en este nuevo y pequeño torneo, donde un error es costosísimo. También hay que ser cuidadosos con las amonestaciones.
Las tarjetas estarán baratas en lo que sigue del torneo, y perder gente es imperdonable, si no pregúnteselo a Chivas, a Ramoncito Morales y a Araujo, que siguen pidiendo perdón y buscando la magnanimidad de los encargados de aplicar las multas.
Esta liguilla aún tiene sorpresas por mostrar. La primera la dio el Monterrey con un Jared Borgetti reviviendo sus mejores tiempos. Aquí, naturalmente hubo beneplácito por lo que se estima a este jugador, parte importante en la historia de Santos.
Y qué susto dio Oswaldo cuando cayó al pasto y no se movía, afortunadamente no pasó nada y el arquero ha podido continuar con su valiosa colaboración rumbo a la tercera corona, que parece cerca. Y mañana se espera el gran apoyo de la afición.
Que el comportamiento sea el mejor, sin actos vandálicos como el que ocurrió en La Bombonera, donde Marcelo Guerrero, del San Luis, fue alcanzado por un objeto lanzado desde las tribunas. Y hoy disfrute la pelea de Cristian Mijares contra Alexander Muñoz.