En futbol las victorias no siempre se obtienen agradando a todos, porque al final lo que importa es el triunfo, y este es el que escribe la historia que queda por siempre. Las derrotas no tienen memoria, se olvidan. Esto es lo que ocurre hoy con Santos Laguna.
Se ve en el equipo un trabajo planeado de acuerdo con el rival en turno. Claro que así también se juega al filo de la navaja, como ocurrió ante Necaxa, donde un gol, de cerca o de lejos, hubiera cambiado el curso de las acciones aumentando la presión.
El domingo se enfrentaban dos equipos muy diferentes en su accionar durante la campaña. Necaxa no se salía de su esquema conservador y astuto, buscando el error del rival y utilizando lo que le permitían las eventualidades, como las lesiones.
Santos, por su parte, tenía que contener su ímpetu ofensivo para no darle espacios y libertades a los contragolpes del rival. Todo esto no agradaba en la tribuna, que quería a su equipo luchón, abierto, con llegadas constantes al marco contrario.
Esa prueba se pasó. Ahora sigue el Monterrey con una estrategia diferente, muy de liguilla, donde el largo colmillo de Ricardo Antonio La Volpe se asomó generoso ante Chivas, mostrándole a Efraín Flores cómo eran las cosas en las finales.
Nos llamó Rodolfo “Pichojos” Pérez, que fuera jugador de la Ola Verde, para decirnos que el miércoles 14 en la Ciudad de México falleció, víctima de una enfermedad, Guillermo “Popi” Correa, el peruano que fuera jugador del Torreón, y que vino a la Comarca acompañado de Julio Villanueva y Hugo Lobatón. Descanse en paz.