Hay ocasiones en las que uno mejor debe quedarse calladito. Ayer temprano, en el café, nos preguntaron quién era nuestro favorito para ganar esta Eurocopa, y viendo los antecedentes de los participantes nos atrevimos a decir que Italia.
Y no sólo por ser la selección campeona en el último Mundial, sino porque ahí milita Mauro Camoranessi, un argentino que estuvo en Santos y de quien, en su tiempo, pronosticamos un gran futuro, aunque pronto salió del equipo de la Comarca.
Pero ayer apareció en la cancha la Naranja Mecánica de Holanda como en sus mejores tiempos, y de pronto empezaron a caer los goles anaranjados, primero por conducto de Ruud van Nistelrooy, luego por Wesley Sneijder y finalmente por Giovanni van Bronckhorst.
Y de parte de los azurri, ni uno solo, por más esfuerzos que hacían los campeones ante un equipo bien colocado en la cancha y con mayor eficiencia en su accionar al frente. Así que quedamos muy mal con nuestros pronósticos.
Y qué bueno que nada dijimos cuando Venezuela se enfrentó la semana pasada a la selección de Brasil, porque la vinotinto le recetó un 2-0 a los amazónicos, ante el enojo de Dunga, el cerebro de los cariocas. Uno de los goles lo anotó Giancarlo Maldonado.
Y en Argentina hay alegría entre los seguidores de River por el campeonato ganado, después de un ayuno que se extendía. Mientras tanto, abajo, en la tabla de posiciones, Racing se salvaba milagrosamente, aunque tiene todavía muchas cosas por mejorar.