Un lector de esta columna nos abordó ayer pidiendo nuestra opinión sobre la contratación del sueco Sven-Goran Ericksson como técnico de la Selección Mexicana. Este lector nos adelantaba que a él no le gustaba un extranjero y prefería un mexicano.
Pero tantos años en estos menesteres nos dan cierta libertad para expresar un juicio diferente. Es cierto, muchos preferiríamos que fuera un técnico mexicano el que se hiciera cargo, ¿pero quién? Ya se le dio la oportunidad a Hugo Sánchez y fracasó.
Hay algo interesante que conocemos de hace tiempo. Muchos entrenadores mexicanos que quieren triunfar van a Europa a aprender. Buscan la forma de estar cerca de gente capaz y consiguen enseñanzas valiosas que los han ayudado a triunfar aquí.
De Ericksson sabemos muchas cosas, como que es capaz, que ha triunfado en su tierra, en Portugal y en Italia, y que dirigió a la selección inglesa en el pasado Mundial. También conocemos que es ojo alegre con las muchachitas y que es soltero.
Por Internet sabíamos de su romance con Nancy Dell Olio y de la forma en que se involucraba con damas que entraban en su medio. También que cobra bien y que le gustan los euros, pero su futbol es actualizado y adelantado.
Así que como ya no cuentan ni la opinión suya ni la nuestra, porque a palo dado ni Dios lo quita, esperemos qué es lo que hará este galán metido a técnico, que ahora tomando apuntes se prepara para dirigir a nuestros fiesteros y desvelados seleccionados.