Cosas de la alegría y de la juventud, diría don Pompeyo, al referirse al caso Oswaldo Sánchez, arquero nacional y del Santos Laguna, algo a lo que se le ha hecho más ruido de lo debido, dada la personalidad y la popularidad del protagonista.
Una experiencia más, y por cierto interesante, que le ha tocado vivir a este futbolista que, nos consta, es de los más disciplinados, el más puntual y el que lucha por el bien de la comunidad en la que está involucrado. Su característica de líder la tiene.
Está dentro de una familia muy unida. En el estadio ahí está su esposa y sus cuatro hijos pequeños apoyándolo. Tres son mujercitas y hay un varón, que a sus pocos años ve con interés lo que ocurre, y solamente el tiempo dirá a lo que se dedicará.
Muchas veces hemos comentado que casi oscura la mañana llega a Santa Rita a prepararse en el renglón físico. Es amable y se acerca mucho a los niños, y éstos lo siguen por ello, nadie le impide que se divierta, pero que tome en cuenta algunos detalles.
Como el que ha ganado, y con muchos méritos, un lugar en el deporte mexicano, y los que están en el candelero de la fama deben ser más cuidadosos con lo que hacen; nadie les impide que se diviertan, pero que dejen dormir a los demás.
Debe tener una larga carrera por delante, pues es todavía joven, así que ha ocurrido algo que muchas veces pasa pero ni se toma en cuenta. Los ídolos de los niños deben andar con más cuidado por esos caminos. A los pequeños no se les puede fallar.