Después de leer nuestra columna de ayer, Susy Dingler nos dice vía Internet: Soy vecina en el Campestre de Oswaldo Sánchez, vive a dos casas de la mía. Tiene poco de vivir aquí pero nos consta que es un profesional, dedicado a lo suyo y a su familia.
Algunas veces ha organizado reuniones en su casa y siempre ha respetado el orden y nunca hemos tenidos ningún problema de ruido excesivo. Una vez fuimos invitados a su casa, y la reunión terminó pronto porque él tenía que trabajar temprano.
Muy de madrugada, como usted acertadamente lo dice en su columna. Platicó Oswaldo con nuestros hijos del valor de hacer las cosas bien, ser profesional en todo lo que hacen, dar el máximo y escuchar mucho los consejos de sus padres.
Le cuento esto porque se me hace injusto toda la mala publicidad que se ha generado hacia su persona, y ciertamente nosotros al conocerlo creemos que se ofreció a mediar y a enfrentar el problema, porque es un líder nato y se expresa bien de sus compañeros.
Mi esposo y yo no podíamos quedar sin decir nuestra opinión de nuestro vecino, y además tiene un gran don de gentes. Juego tenis en torneos amateurs y me ha gustado entrenar y prepararme y dar el máximo. Roy y yo le damos las gracias.
Hasta ahí la carta de Susy con otros conceptos a nuestro escribir diario. Y nos da gusto que en momentos difíciles de alguien, los que están cerca se asomen y muestren lo que hemos ganado con nuestra actitud y nuestras acciones. Gracias Susy.