Muy buen partido el de la final de la Copa Libertadores, celebrado la noche del miércoles en el Maracaná, ganado en penales por la Liga Deportiva Universitaria de Quito al Fluminense. Ahí volvimos a ver en acción a Junior César, que militó en Santos.
Por la banda izquierda, el habilidoso y veloz jugador nos hizo recordar las dos temporadas que estuvo aquí, sin mucha fortuna. Eran tiempos en los que Eduardo de la Torre dirigía, en los torneos Clausura y Apertura 2005.
Cómo olvidar las veces que veíamos a Édgar Castillo junto a Junior César, tratando de aprender del brasileño cómo desenvolverse con facilidad y sin miedo por la pradera izquierda. Junior auguraba que Édgar tenía mucho futuro.
Y la misma noche del miércoles nos venían a la mente algunas de las contrataciones valiosas que ha tenido Santos Laguna desde su fundación, llevando al estrellato a jóvenes que apuntaban y que requerían de un respaldo y un equipo que los apoyara.
Tal fue el caso de Jared Borgetti que no fue valorado debidamente en Atlas. Vendrían también jugadores como Ramón Ramírez, recomendado por Raúl Torales. Estaría aquí Mauro Camoranesi, en quien tanto confiaba Patricio Hernández.
Luego apareció un joven argentino que no era alineado en el Manchester City, después de haber brillado en el Independiente de Argentina, y aquí Vicente Matías Vuoso se convirtió en el sucesor de Jared y en el gran ídolo de los chamaquitos. En fin, tantos y tantos.