Uno de nuestros tres lectores nos abordó ayer para preguntarnos nuestra opinión sobre la contratación del entrenador sueco Sven-Goran Eriksson para dirigir nuestra selección, y le contestamos que no la considerábamos mala, pues tenemos que seguir aprendiendo.
No le gustó la respuesta porque dijo que aquí había entrenadores muy buenos y capaces, lo que no dudamos, pero a éstos les falta seguir asimilando enseñanzas y sobre todo capacidad para tratar debidamente a los jugadores como profesionales que son.
Y en estos casos uno tiene que recordar lo que ha vivido en sus propias tareas para superarse. En el caso personal nuestro, tuvimos que ir al extranjero para conocer aspectos más interesantes de nuestras tareas administrativas en esta casa donde crecimos.
Y fue afuera, especialmente cuando estuvimos en Europa, cuando nos dimos cuenta de lo que nos hacía falta para tener una mejor organización de nuestros quehaceres, con la frialdad que requieren las empresas y el profesionalismo correspondiente.
Mucho se aprende cuando se sale de casa, especialmente cuando se tienen deseos de triunfar en la vida, así que al traer a un hombre que actuará sin preferencias ni apapachos, solamente con resultados en la cancha, podrían esperarse cosas mejores.
Así que nos quedamos con el beneficio de la duda por lo pronto, esperando que el señor de Suecia, a pesar de su gusto por las muchachas bonitas, sepa corresponder a la confianza que le quieren dispensar quienes ahora dirigen nuestro futbol.
