En vez de pensar en cuestiones más importantes, como sería la adecuada calendarización de los diferentes torneos, las medidas de seguridad para los espectadores, el buen funcionamiento de los servicios públicos de los estadios, etc. etc.
Los que dirigen este deporte sacan ahora prohibiciones que provocan risa, como eso de no permitirle a los jugadores usar bandas en el pelo, ni cachuchas, ni adornos o letreros, quitándoles una especie de distintivo que tenían y que no hacía daño a nadie.
En Miguel Auza, Zac. había un destacado futbolista llamado Antonio Guangorena, llamado “El Merenas” quien usaba siempre un paliacate amarrado a su cabeza. Era un símbolo en el lugar y nadie lo ubicaba sin aquella prenda.
En Santos Laguna, por ejemplo, Iván “Guti” Estrada ha llevado siempre la parte trasera de su cabellera sujeta con un pequeño listón, del que ahora tendrá que prescindir, pero el caso más sonado es el de Miguel Calero, arquero de Pachuca.
Este jugador todo el tiempo, desde que recordamos, ha usado una cachucha, para protegerse de los rayos del sol, lo cual es muy aceptado, sin embargo no lo hará más. ¿Se imagina usted esta prohibición en tiempos de Esteban “Cachuchas” Méndez?
Al futbol le quieren ir quitando su esencia, sus colores y tradiciones. Primero la agarraron contra las porras y sus banderines, y ahora siguen con los jugadores, a los que revisarán “de pe a pa” antes de cada partido, para que no se incumpla con las risibles órdenes.