Daniel Guzmán Castañeda va en camino a ser un buen técnico. Ya ha tenido muchos avances, pero le falta, le falta. Presume de haber salvado a varios equipos y de tener ya con Santos Laguna un campeonato, esto lo ha animado a hacer y decir muchas cosas.
Dicen reclamó su Balón de Oro en pasada premiación, pero, insistimos, le falta. Hay muchas cosas a su favor, y la más importante es que tiene el apoyo de sus jugadores, que conforman un buen equipo, y todo porque es líder y va aprendiendo a hacer las cosas.
Pero a veces le falta dejarse de comportar como un jugador quejumbroso para adoptar su papel de técnico, como ocurrió con sus declaraciones sobre el pésimo trabajo del silbante Paúl Delgadillo. Los nazarenos son buenos o malos, pero son humanos.
Y en nuestro futbol, querer meter en cintura a los silbantes y juzgarlos no es permitido. Ellos la llevan todas de ganar, así que un técnico inteligente mejor acostumbra aconsejar a sus jugadores no meterse en problemas y menos dejarse expulsar.
Claro que no es fácil poner la otra mejilla, pero Daniel, que es líder y técnico, debe encontrar los caminos para que no dañen el trabajo de un gran equipo, que se afana mucho en Santa Rita. Además, él tiene el gran compromiso ante dos jóvenes profesionistas.
Porque Carlos Fernández y Alejandro Irarragorri le han dado todo su apoyo, pero también quieren buenos resultados. Hay que recordarle a Daniel que en este momento, en nuestro futbol, solamente Jorge Vergara hace, dice, quita y pone a su antojo, los demás debemos dar buenos resultados.